El encuentro, que tendrá actividades de debate, organización y protestas, se realiza justo antes de que se haga en la ciudad brasileña de Rio de Janeiro la Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable, más conocida como Río+20 (20 a 22 de junio). En clara referencia a esta cumbre oficial y a que hacen 23 años del Primer Encuentro de los Pueblos Indígenas del Xingu y del freno a un proyecto de represamiento del río, es que la reunión de los opositores a Belo Monte ha sido denominada como “Xingu+23”.

“Xingu+23 es una acción política y también un encuentro. Y también es una fiesta”, asegura la coordinadora del Movimiento Xingu Vivo para Siempre, Antônia Melo, en nota publicada en la web del grupo, impulsor del encuentro. “Los habitantes que ya fueron desalojados volverán para participar de las tradicionales misa y fiesta de Santo Antônio, que este año no serían realizadas por las expulsiones. De esa forma, retomaremos simbólicamente el territorio. Al mismo tiempo, los afectados estaremos allí reunidos para denunciar, en las puertas de Río+20, las violaciones del gobierno brasileño”, agrega la activista. El eslogan oficial del encuentro invita: “Ocupe, ese río es nuestro”.

El Movimiento Xingu Vivo para Siempre reúne a diversas agrupaciones sociales y ambientalistas de la ciudad de Altamira, una de las más afectadas por las obras de Belo Monte, y de las áreas de influencia del proyecto, que siempre se han opuesto a su instalación sobre el río Xingu.

Belo Monte, a cargo del consorcio Norte Energia, está planificada para empezar a funcionar en 2015 en el corazón de la Amazonia. Sería la tercer represa más grande del mundo, luego de la china de Tres Gargantas y de la binacional Itaipú en la frontera entre Brasil y Paraguay. Tendría una capacidad instalada de 11 000 megavatios. Se estima que su construcción inundaría unos 500 kilómetros cuadrados de tierras ocupadas por comunidades indígenas: de 20 000 a 50 000 personas serían desplazadas para dar lugar a la central.

Xingu+23 se realizará específicamente en la comunidad de Santo Antônio, en Vitória do Xingu, a menos de 100 metros de las obras de Belo Monte. De acuerdo a lo que relata el Movimiento Xingu Vivo para Siempre, esa comunidad ya fue parcialmente desalojada por Norte Energia, en un proceso marcado por las ilegalidades, que dieron lugar incluso a una acción judicial de la Defensoría Pública Estatal.

Los organizadores destacan que Xingu+23 busca fortalecer los movimientos de resistencia a Belo Monte y ser un espacio de coordinación de acciones futuras. Reafirman además que la hidroeléctrica no es un hecho consumado. Se esperan en el encuentro de 400 a 500 personas de la región, principalmente afectados de las ciudades más golpeadas por las obras, como Altamira, Porto de Moz, Senador José Porfírio (Souzel) y Vitória do Xingu. Los participantes utilizarán áreas no desalojadas y estructuras no demolidas con acceso a energía eléctrica. Asimismo, ya están funcionando los llamados “comités de movilización” en São Paulo, Belém y Porto Alegre para apoyar la organización del encuentro.

Desde el Movimiento Xingu Vivo para Siempre se está difundiendo la web en la que se actualizará la información sobre Xingu+23, http://www.xinguvivo.org.br/x23/, y otra en la que se reciben donaciones para apoyar su realización, http://www.vakinha.com.br/VaquinhaP.aspx?e=140562

Foto: http://xingu-vivo.blogspot.com/