Así lo denunció a Radio Mundo Real el dirigente indígena Baltazar de la Cruz Rodríguez, del pueblo maya ixil, en una entrevista cedida a nuestro corresponsal en el Foro Mundial Alternativo del Agua de Marsella (Francia), Danilo Urrea.

“Yo personalmente recibí varias amenazas de muerte”, contó Baltazar, y agregó que Enel le ha interpuesto ocho denuncias judiciales por su lucha contra la central hidroeléctrica. “Quería (la empresa) dejarme en la cárcel por más de 40 años”.

Palo Viejo implica la construcción de una represa aguas abajo del río Cotzal y sus tres afluentes: Chipal, El Regadío y el Arroyo Escondido.

El representante indígena relató que Enel llegó a los territorios de la región ixil sin consentimiento, sin brindar información ni consultar a las comunidades locales. Fue en 2008 que la empresa se empezó a instalar en un territorio comunitario, según Baltazar, e invadió tierras indígenas, negándoles el acceso a las fuentes de agua.

A pesar del pedido de las comunidades locales, Enel no brindó información de su proyecto hidroeléctrico y siguió sin realizar consultas. Además, desplegó su operativa represiva y de persecución de dirigentes, con el apoyo del ahora ex presidente Álvaro Colom, según aseguró Baltazar. El representante indígena inclusive le cargó a la compañía italiana dos asesinatos de jóvenes indígenas, los cuales habría “tapado” con decenas de miles de dólares.

A la hora de hablar sobre las demandas indígenas a Enel, Baltazar aclaró que nunca se prestaron para recibir algo a cambio de sus bienes naturales. “No están en venta”, enfatizó. “Lo que nosotros pedimos a Enel es que abandone nuestros territorios, que los ríos caminen libres y que los animales y la gente tengan acceso a ellos, y que la vida no se apague con la construcción de esta represa”, enfatizó. “No queremos un desarrollo impuesto por transnacionales, despojándonos de nuestros bienes naturales”, concluyó el dirigente.

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