Por ello, desde el lunes 28, un centenar y medio de habitantes de “Temaca”, acompañados por integrantes del Movimiento Mexicano Anti Represas y en Defensa de los Ríos (MAPDER) han tomado las obras y realizado un plantón que, aunque pacífico, sólo culminará cuando se garantice que sus derechos valen más que el lucro empresario.

Ni el rotundo pronunciamiento de la comunidad en contra de la represa, ratificado recientemente en una consulta pública realizada en Temaca, ni los fallos judiciales que han declarado ilegales las obras al no contar con permisos sobre uso de suelo, han sido respetados por los promotores de esta obra, hoy paralizada ante la medida de fuerza de la población.

Cuando, en octubre pasado y como parte del III Encuentro Internacional de Afectad@s por Represas y sus Aliad@s realizado precisamente en Temacapulín con centenares de delegados internacionales, Radio Mundo Real visitó el lugar en lo que fuera la primera “clausura simbólica” pudimos comprobar la indignación de los pobladores al constatar que las obras proseguían en forma acelerada. De seguir así, reflexionaban entonces, su comunidad resultaría sumergida y desplazada mucho antes de lo que las autoridades inicialmente les habían comunicado. La obra estaba, como desde el principio, fundada en engaños.

A Temacapulín, en tanto, llegaban los sonidos de la maquinaria que al mismo tiempo avanzaba en las obras para erigir un “Nuevo Temaca”, centro de población creado en la región más alta al que sería desplazada una comunidad con catorce siglos de historia y cultura registradas.

A lo largo del Río Verde, además, existe una especie de “cementerio” de represas hoy abandonadas al completar su vida útil y cuya reactivación resulta más costosa bajo la lógica del capital... que construir una nueva.

Donde se alza la monumental cortina de concreto de la represa se trata de un socavón distante varios kilómetros del portal de acceso a la obra, donde no existe enlace telefónico ni de internet. Se trata de un lugar inhóspito, con un paisaje ya modificado drásticamente por las obras y donde el circular de enormes camiones es constante.

De ahí que la comunicación con el campamento sea dificultosa y la situación de quienes llevan adelante la medida sea precaria e insegura de no mediar solidaridad y seguimiento informativo.

Cuando corrían diez horas de la toma, Radio Mundo Real contactó al activista del MAPDER Marco Von Borstel quien describió el estado de ánimo que se respiraba en la zona. Marco destacó que además de resultar ilegal e ilegítima, la construcción de la presa resulta innecesaria dado que las ciudades de Guadalajara (Jalisco) y León (Guanajuato) pueden mejorar el uso del agua, que en la actualidad se desperdicia en un 40 por ciento por la fuga de cañerías en mal estado.

El activista llamó a la solidaridad internacional y a estar atentos dado que la presencia policial iba en aumento a pesar de no haberse registrado incidentes de violencia.

“La gente está cansada, son cinco años de lucha en una comunidad muy pequeña. Cabe destacar que en el último año murieron doce ancianos en Temacapulín cuando el promedio anual es de dos ancianos. Es un daño psico-social muy fuerte el que está sufriendo y los viejos parecen estar resistiendo con la muerte. Esta represa es algo que ellos nunca eligieron y quieren que se detenga ahora definitivamente”, relató Marco.

Al describir el clima de resistencia civil pacífica definido para esta medida, Von Borstel señala que se aguarda la presencia en el lugar de interlocutores oficiales, los cuales no se han presentado ante la comunidad en los cinco largos años de lucha que ya suman contra la represa “El Zapotillo”.

Desde el MAPDER se llama a sumarse a la protesta ya sea presencialmente o a través del envío de víveres y materiales necesarios para una medida definida como por tiempo indeterminado.