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7 de diciembre de 2009 | Informes especiales | Anti-neoliberalismo | Justicia climática y energía | COP 15
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Comenzó este lunes la 15ª Conferencia de las Partes (COP) de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) en el Bella Center de la capital danesa, Copenhague, y se espera la llegada de unos 10 000 delegados oficiales de acuerdo a las cifras a las que accedió Radio Mundo Real.
El sitio de la cumbre tiene capacidad para unas 15 000 personas y además de los delegados gubernamentales hay 20 000 inscriptos como observadores.
Asimismo, organizaciones y movimientos sociales de todo el mundo se reúnen en lo que se ha denominado el Klimaforum, principal reunión paralela a la cumbre oficial que tiene programadas diversas actividades desde hoy hasta el 18 de diciembre, cuando finaliza la COP.
El Klimaforum comienza con una conferencia de prensa esta tarde en la que hablará el presidente de Amigos de la Tierra Internacional, Nnimmo Bassey, y la periodista e investigadora Naomi Klein, que ha cobrado notoria importancia en el movimiento antiglobalización. Es dable esperar que algún representante de La Vía Campesina Internacional también hable en la conferencia. Podría ser inclusive el propio coordinador general del movimiento, el indonesio Henry Saragih.
Luego de la conferencia de prensa, se realizará el lanzamiento oficial del Klimaforum, que entre sus actividades tiene preparadas acciones, movilizaciones, talleres, conferencias de prensa, entre otras. Cientos de organizaciones y movimientos sociales también tienen preparadas actividades paralelas que se realizarán dentro del Bella Center, en los espacios físicos pactados especialmente para eso.
Se espera que las negociaciones oficiales sean muy duras durante la COP 15. Es muy escaso lo que se ha avanzado hasta el momento, por parte de los países desarrollados (Anexo 1 del Protocolo de Kioto), en las discusiones sobre reducciones de emisiones, financiación para la adaptación y mitigación del cambio climático en el mundo no industrializado y transferencia de tecnología. Esos países tienen obligación bajo la propia CMNUCC y el Protocolo de cumplir con esos compromisos.
Según fuentes consultadas por Radio Mundo Real y que siguen las negociaciones desde dentro, Estados Unidos juega un rol fundamental para que no se alcance un acuerdo que tenga en cuenta la responsabilidad histórica de los países industrializados en las emisiones de gases de efecto invernadero, que causan el cambio climático.
Estados Unidos es el único Estado que no ratificó el Protocolo de Kioto firmado en esa ciudad japonesa en 1997 y que obliga a los países industrializados a reducciones de emisiones legalmente vinculantes. Estamos en el primer período del Protocolo de Kioto (2008-2012) y en Copenhague deberían decidirse las acciones para el segundo período (2013-2017), aunque los países del Anexo 1 lo que buscan realmente es un nuevo acuerdo que también obligue a las naciones no industrializadas a reducciones de emisiones obligatorias.
El Plan de Acción de Bali, acordado en la COP 13 hace dos años, retrasó las negociaciones y las debilitó con el objetivo de que Estados Unidos se comprometiera a reducciones de emisiones comparables a las de otros países desarrollados. Sin embargo, desde entonces Estados Unidos no ha avanzado nada. Puja por reducciones de emisiones voluntarias y financiación voluntaria para la adaptación y mitigación del cambio climático en el Sur global, lo que está muy lejos de ser climática, histórica y socialmente justo.
El gigante del Norte dice que no puede asegurar “financiación a largo plazo” para esos trabajos de adaptación y mitigación del cambio climático, otro de los grandes temas de discusión en las negociaciones oficiales. Está pactada la llegada del presidente estadounidense Barack Obama a la cumbre oficial para el 18 de diciembre.
Por su parte, el “Grupo Umbrella” (Paraguas) también tiene una importancia radical en las negociaciones. Agrupa a todos los países industrializados menos la Unión Europea y Suiza: hoy está representado por Australia e incluye naciones como Japón, Rusia y Estados Unidos. Si bien mantienen reuniones conjuntas, cada uno luego negocia por su lado. Australia aumentó 25 por ciento sus emisiones de gases de efecto invernadero con respecto a 1990 y tiene su economía basada en la explotación del carbón.
La Unión Europea también ha adoptado posturas muy débiles y llega a Copenhague con una propuesta de reducción de emisiones del 20 por ciento, que podría llegar a ser de 30 por ciento si el resto de los países industrializados se unen al acuerdo.
Los científicos de Naciones Unidas reunidos en el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por su sigla en inglés) han asegurado que para 2020 las reducciones deben ser de 25 a 40 por ciento, teniendo como referencia los valores de 1990. Pero han advertido que si sólo se alcanzan las cifras más bajas los riesgos de nuevas catástrofes climáticas seguirán siendo muy altos.
Amigos de la Tierra Internacional, federación ambientalista presente en 77 países y que tiene una gran delegación en Copenhague, tanto en el Klimaforum como en el Bella Center, demanda que las reducciones de los países Anexo 1 sean de al menos 40 por ciento para 2020, siempre con la referencia de 1990.
Un estudio realizado por Amigos de la Tierra Europa ha demostrado que es técnicamente posible para la Unión Europea reducir un 40 por ciento sus emisiones para 2020, lo que haría necesario un cambio en el estilo de vida de la región, fuertemente dependiente de los combustibles fósiles que provocan las emisiones contaminantes.
Está pactada una reunión de los jefes de Estado europeos para el 10 y 11 de diciembre en Bruselas, y de allí podría surgir alguna nueva información de la región de cara a estas negociaciones.
“El objetivo principal de todos los países industrializados es que China e India negocien con Estados Unidos y asuman obligaciones de reducción de emisiones vinculantes”, dijo una alta fuente a Radio Mundo Real.
Deben terminarse las discusiones políticas y dar paso a la acción, aseguran por su parte los países no industrializados, que son los que más sufren los efectos devastadores del cambio climático (huracanes, inundaciones, sequías, hambrunas, entre otros). También son quienes sufren los efectos de las falsas soluciones al cambio climático (represas, agrocombutibles, centrales nucleares, plantaciones de monocultivos de árboles, captura y almacenamiento de carbono, desplazamientos forzados de comunidades).
Esos países se encuentran agrupados en lo que se conoce como el G77 más China, que en realidad incluye a 136 países y China. Allí se destaca la presencia de los países de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), especialmente Bolivia. Dicho país sudamericano presentó una posición que reclama a los países del Anexo 1 el pago de la “deuda climática” que han adquirido por cientos de años destruyendo a la Madre Tierra.
Dentro de este bloque son fundamentales también las posiciones que adopten Brasil, China, India, México, y especialmente el Grupo Africano, que llega a la COP 15 realmente fortalecido y unido.
Imagen: http://www.flickr.com/photos/foei/
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