En entrevista con Radio Mundo Real, Vinicio López de la Comisión Pastoral Paz y Ecología (COPAE) de San Marcos comentó que no existen dudas al momento de vincular el ataque que sufrió Teodora con el largo periplo de la resistencia a las industrias extractivas en esta zona del país.

El miembro de la COPAE relató que los atacantes llegaron al hogar de Teodora pidiendo dos tazas de café, una práctica bastante común en esta zona de altiplano de Guatemala, y cuando ella se las iba a entregar fue que le dispararon.

“La impunidad campea en Guatemala, en materia ambiental y en derechos humanos”, continuó López, poco confiado en una acción judicial que determine responsabilidades en este episodio. En este país centroamericano, según dijo, el Estado de Derecho establece “categorías de personas" y la justicia “nunca es imparcial”.

López recordó que la trasnacional que opera la Marlin es de origen canadiense – aunque también tiene acciones pertenecientes a fondos de pensiones suecos, irlandeses y noruegos-, y que sistemáticamente ha apostado a dividir a la población local, entre los trabajadores de la mina y las comunidades afectadas.

Vale recordar que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) pidió el cierre de la mina Marlin, y ahora las comunidades esperan un acatamiento contundente de esa recomendación por parte del gobierno de Álvaro Cólom, para que la clausura tenga carácter definitivo y que no sea una resolución temporal.