El fantasma de la COP 15 de Copenhague, que quedará en la memoria por su “acuerdo” impulsado a escondidas y en horas de la madrugada por un grupo de países liderados por Estados Unidos, recorre Cancún.

El embajador de Bolivia ante Naciones Unidas, Pablo Solón, no perdió tiempo para marcar la cancha el lunes. En la apertura de las tratativas dijo que “se tiene que preservar la regla del consenso” y asegurar que “nunca más existan reuniones de grupos por fuera de lo que establece la Convención”. Manifestó que hay que “evitar que se repita lo que ocurrió en Copenhague”.

En la COP 15 de Cambio Climático en esa ciudad danesa, en diciembre de 2009, Estados Unidos negoció con algunos países y a puertas cerradas el “Acuerdo de Copenhague”, por fuera del marco multilateral propio de la ONU. El documento fue presentado luego al plenario, pero no fue incluido como un consenso justamente porque no pasó por el debido proceso negociador. De todas formas, la ONU “tomó nota” de ese “entendimiento”, como prefieren llamarlo los movimientos sociales.

Ya en 2010 el texto fue enviado a todos los países y decenas de ellos decidieron apoyarlo. Contrario a la voluntad de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, el documento no impone reducciones legales de emisiones a los países industrializados y presenta cifras de financiamiento climático absolutamente insuficientes, entre varias otras cosas.

La misma preocupación del embajador boliviano ante la ONU surgió en la conferencia de prensa realizada el lunes por la federación ambientalista Amigos de la Tierra. El activista Domingo Lechón, integrante de Otros Mundos – Amigos de la Tierra México, dijo allí que su gobierno ha reiterado que velará porque no se repita la experiencia “antidemocrática” danesa. “Pero esperamos que eso se cumpla en los hechos”, señaló.

En tanto, la ex presidenta de Amigos de la Tierra Internacional, Meena Raman, parte de Amigos de la Tierra Malasia e integrante de la Red del Tercer Mundo, también subrayó en la conferencia la preocupación de los movimientos sociales. Cualquier negociación debe ser en el marco de la ONU y no a través de encuentros paralelos, explicó.

En diálogo con Radio Mundo Real, la ambientalista dijo que ha sido muy difícil luego de la conferencia de Copenhague restablecer la confianza en el proceso negociador. Agregó que, para peor, Estados Unidos y la Unión Europea no están tomando el liderazgo debido para hacer frente al cambio climático. Japón y Rusia, en tanto, directamente quieren desmantelar el Protocolo de Kioto, instrumento legalmente vinculante que estipula reducciones de emisiones obligatorias para los paises industrializados.

Raman contó a Radio Mundo Real que los países en desarrollo, principales afectados por la crisis del clima, están muy preocupados por la falta de ambición de los estados del Norte especialmente en lo que hace a recortes de emisiones contaminantes. Ni siquiera tienen compromisos de reducciones sino promesas, dijo la activista. Aclaró que si se cuentan los “vacíos” que deja el mercado de carbono y las compensaciones de emisiones, por ejemplo, los números de recortes presentados por los países industrializados los llevarían inclusive a aumentar sus emisiones un 6 por ciento, en comparación con los valores de 1990.

Raman lamentó además que los estados ricos estén engañando a la población mundial con las cifras de financiamiento climático que manejan, porque están usando fondos de la ayuda al desarrollo para presentarlos como fondos para el clima. Finalmente la activista aseguró que son muy importantes las movilizaciones en las calles de Cancún para presionar a los gobiernos, así como el apoyo a la administración de Bolivia, que está jugando un rol muy importante, según dijo.

Foto: Radio Mundo Real