“Esta salida responde a las denuncias y lucha incansable que el COPINH ha realizado en contra del financiamiento por parte de bancos a proyectos que abiertamente violan los derechos de las comunidades Lencas y son impuestos y desarrollados mediante el asesinato de líderes y lideresas como Berta Cáceres y Tomás García. Esta salida ha sido un proceso lento y difícil donde el COPINH ha sido constantemente ignorado e invisibilizado. La salida de los bancos es una victoria de las comunidades organizadas en defensa de nuestros derechos y seguiremos haciendo una lucha permanente en defensa del sagrado río Gualcarque y los derechos del pueblo Lenca. Esta victoria es producto del ajusticiamiento cósmico en el que nuestras ancestras y ancestros nos han acompañado de manera constante”, comienza diciendo el comunicado que el COPINH emitió el jueves 6.

En el río Gualcarque, en Santa Bárbara, Honduras, es sobre el que resolvió instalarse de manera inconsulta el proyecto Agua Zarca, de la empresa Desarrollos Energéticos Sociedad Anónima (DESA) que, además de los dos bancos extranjeros tiene otro gran financiador, el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), del que nada se dice.

Un año antes de morir, en marzo de 2016, Berta Cáceres le había pedido a los fondos europeos que le retiraran su apoyo al proyecto Agua Zarca, pero ellos la habían desoído, diciéndole, además, que ella no representaba al pueblo lenca. Tras su asesinato, el COPINH continuó esa demanda. Por eso en su comunicado expresa: “denunciamos que el FMO y Finn Fund han ignorado las recomendaciones del COPINH acerca de una salida responsable. Al contrario siguen promoviendo un proceso de toma de decisión sobre un proyecto hidroeléctrico que pueda generar más violencia y represión. Este proceso contempla la impunidad por los asesinatos y crímenes cometidos y la invisibilización de la responsabilidad de la empresa DESA y el Estado de Honduras por la violencia en la zona. El COPINH denuncia que ese proceso ya ha sido rechazado por el pueblo Lenca de Río Blanco y que el COPINH ha informado al Banco FMO y su consultor de los problemas graves con ese proceso en múltiples ocasiones, sin embargo, nos han ignorado”.

Días atrás, en diálogo con Radio Mundo Real Bertha Zúñiga, hija de Berta Cáceres, había contado que el FMO propone una “salida responsable” y crear un diálogo para que las comunidades se expresen si quieren contar con el proyecto hidroeléctrico, algo que claramente desaprueban. “Hemos rechazado totalmente el papel de los bancos porque no tienen potestad para hacer un proceso de reconciliación, como le llaman, entre las comunidades, siendo actores claros del conflicto”, expresaba Zúñiga en la entrevista, remarcando que la comunidad de Río Blanco “no quiere un proceso de diálogo que sea propiciado por los bancos”.

El mensaje de la hidroeléctrica es el mismo. En un comunicado que publicó el jueves 6, expresa: “Hidroeléctrica Agua Zarca quisiera preguntarles respetuosamente a las comunidades en el área de influencia del proyecto sobre su decisión en torno al futuro de la iniciativa y para que decidan qué opciones tienen para su desarrollo”. Para eso, propone un diálogo “convocado y guiado por un organismo internacional respetable, con la capacidad, mandato y experiencia necesaria para este trabajo”.

El COPINH apunta que “en su declaración pública el FMO y Finn Fund no consideran sus responsabilidades por la muerte y violaciones de derechos humanos que han resultado del proyecto. Seguimos exigiendo que los bancos reconozcan sus responsabilidades y que soliciten perdón a las comunidades afectadas y al COPINH, lo cual se han negado hacer”.

Resistencia incansable
El Movimiento Madre Tierra, en un comunicado que publicó el viernes 7 de julio, indicó que el retiro de los dos bancos europeos fue posible “gracias al trabajo incansable de resistencia y denuncia del COPINH y otras organizaciones”. No obstante, Madre Tierra advirtió que “la estela de muerte, persecución y violaciones a los derechos humanos fundamentales del que Berta Cáceres fue víctima y que ha dejado este tipo de proyectos hidroeléctricos en Honduras, no podrá borrase solo con el retiro de éstos [los bancos], sin que reconozcan y asuman la responsabilidad de la que tienen parte”. En ese sentido, Madre Tierra dijo que se suma “al reclamo justo del COPINH y organizaciones aliadas, ya que estos organismos financieros han ignorado las recomendaciones hechas por el COPINH que denuncian el atroz accionar de grupos paramilitares, e incluso siguen promoviendo como declara el COPINH ‘un proceso de toma de decisión sobre un proyecto hidroeléctrico que pueda generar más violencia y represión’.”

El COPINH, y toda la comunidad lenca, sigue siendo amenazada; sin ir más lejos, tres referentes del COPINH fueron atacados el 1º de julio en el departamento hondureño de La Paz. En su comunicado, Madre Tierra le pidió “al Estado hondureño que garantice la protección y el respeto de las organizaciones que luchan por la defensa de los territorios ancestrales, le exigimos al gobierno que garantice y ejecute el derecho a la justicia para esclarecer no solo el caso de Berta Cáceres sino que también el de todos los líderes y lideresas negros e indígenas asesinadas durante los últimos años. El camino de resistencia y lucha por la defensa de los Derechos Humanos, la coexistencia justa con la madre tierra y un modelo de vida diferente al extractivo es posible y necesario, para cambiar el mundo racista, patriarcal, capitalista, especista y ecocida en el que nos encontramos”, concluye el mensaje de Madre Tierra.

Comunicado del COPINH