En el marco de las negociaciones de cambio climático de ONU en Durban “los países desarrollados están buscando que las corporaciones transnacionales y financieras accedan directamente al financiamiento del Fondo Verde para el Clima”, expresa un comunicado de Amigos de la Tierra Internacional circulado hoy.

Ese fondo fue creado en la pasada Conferencia de las Partes (COP) de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, realizada en diciembre del año pasado en Cancún, México. Este año se comenzó a trabajar en el ámbito multilateral para definir la estructura y conformación del fondo.

Amigos de la Tierra denuncia que los estados desarrollados, liderados por Estados Unidos, Reino Unido y Japón, buscan mecanismos que permitan a las empresas “sortear a los gobiernos de los países en desarrollo y sus estrategias nacionales de clima para acceder a los dineros públicos”.

“Este intento de secuestrar los fondos de los países en desarrollo es indignante. Las comunidades necesitan esos dineros para enfrentar el cambio climático y financiar su propio desarrollo, sin repetir los mismos errores de los países desarrollados”, dijo la activista Karen Orenstein, de Amigos de la Tierra Estados Unidos.

El tema del Fondo Verde para el Clima y el perfil que va tomando su creación fue uno de los más importantes tocados en una entrevista que Radio Mundo Real realizó a la activista filipina Lidy Nacpil, representante de la red Jubileo Sur, presente en decenas de países de América Latina y el Caribe, África y Asia/Pacífico. La red trabaja contra las deudas impuestas por el Norte y que azotan a los estados en desarrollo.

Nacpil consideró que el Fondo Verde para el Clima tal cual ha sido propuesto es “inaceptable”, porque “abre una gran ventana al financiamiento de corporaciones privadas que conducirá a más ganancias a costas de la contaminación”. Los gobiernos de los estados desarrollados deberían poner fondos para ayudar a los países en desarrollo a hacer frente al cambio climático, como parte de sus “obligaciones” para “reparar la deuda climática”, subrayó la activista de Jubileo Sur.

La dirigente filipina agregó que el Fondo Verde para el Clima debe estar “libre de cualquier tipo de imposiciones, influencias o presiones, y de cualquier rol del Banco Mundial y de sus filiales regionales, como el Banco Asiático de Desarrollo”. “Estamos demandando que la junta directiva y la estructura del fondo sean democráticas, lo que para nosotros significa que la mayoría de sus integrantes deberían ser de países en desarrollo”, agregó.

En la misma línea, Nacpil reclamó que no haya “ningún rol para el sector privado en el financiamiento climático”, para que no hayan “ventanas” que faciliten financiación a corporaciones privadas. “Los fondos del Fondo Verde para el Clima deben ir a las comunidades, a los pueblos y no al sector privado”, agregó.

La activista terminó la entrevista destacando la noción de “deuda climática” y la demanda de “reparación” de esa deuda. Explicó que la deuda climática es parte de una deuda mayor, que es la “deuda ecológica” que las naciones ricas y las grandes empresas tienen con los pueblos del Sur global, principales afectados por el cambio climático. “Los gobiernos de los países ricos, las corporaciones y las élites tienen que pagar esa deuda, no sólo en términos financieros sino también restaurando la Tierra y el medio ambiente hasta que se alcance una condición segura, y eso significa antes que nada que paren su contaminación”, fustigó Nacpil al cierre de la entrevista.

Foto: http://www.flickr.com/photos/foei