“Ruido de sables”, era la imagen tradicionalmente asociada a los golpes de Estado en América Latina. Y si bien en el caso de Honduras, cuyo gobierno constitucional fuera desplazado arbitrariamente dos meses atrás, los sables del Ejército y las fuerzas represivas no han faltado, otras fuerzas han confluido.

Tal es el caso de las empresas trasnacionales vinculadas al agronegocio, así como algunas organizaciones religiosas, denunció Juan Almendares, militante de Derechos Humanos y referente de Madre Tierra, Amigos de la Tierra Honduras.

Almendares formó parte del centenar de participantes de toda América Latina, Europa y África del 1er Foro Regional contra los Agronegocios celebrado en Asunción del Paraguay entre el 21 y el 23 de agosto pasados.

“El golpe en Honduras también es un golpe teológico –señaló Almendares-. Porque participan en él la jerarquía de la Iglesia Católica y de la Iglesia Evangélica, que tienen medios de comunicación muy importantes, que tienen inversiones y que en definitiva viven de los pueblos”, dijo el militante hondureño.

El discurso teológico se transforma en pro-imperialista al rechazar la posibilidad de reformar la Constitución, equiparándola al mismo Dios.

Ese discurso que ya no sólo emana desde el púlpito y la homilía sino desde una potente red de cadenas de radio, televisión y periódicos, buscando la sumisión de las comunidades, señaló Almendares.

El Foro reafirmó el reclamo por la inmediata restitución del gobierno de Zelaya en Honduras y el juicio y castigo a los crímenes perpetrados durante los dos meses de dictadura.

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