Piñeiro formó parte de quienes expusieron el jueves 19 de abril en el seminario de capacitación campesina que se realiza previo a la 5ta Fiesta Nacional de las Semillas Criollas del Movimiento de Pequeños Agricultores de Brasil, parte de La Vía Campesina.

Esa jornada, que tuvo lugar en la ciudad catarinense de Anchieta, estuvo centrada en el concepto de "soberanía alimentaria", así como este viernes, cerrando el evento, se realizarán conferencias vinculadas a la agrobiodiversidad.

En la jornada de este viernes actuarán varios músicos populares, dando inicio a la feria donde participan miles de campesinos de todo Brasil, además de delegaciones internacionales, compartiendo semillas. Entre esos músicos se destaca Zé Ramalho.

Piñeiro realiza una lectura de la coyuntura mundial donde los Estados nacionales tienden a desaparecer no por la simple generalización de las comunicaciones y los mercados, sino por la sustitución de los sistemas políticos electorales por las corporaciones transnacionales.

“Hay que percibir el presente, el pasado y el futuro y realizar una proyección a cien años. El capitalismo es pródigo, tiene la publicidad, tiene las leyes, la gente, la corrupción y la codicia. Entonces trabajando con los campesinos, con educación para los niños, restaurando la sabiduría campesina, podemos lograr una resistencia que enfrente esto de igual a igual”, dice Piñeiro.

“El capitalismo no permite a los Estados nacionales aplicar sus políticas sociales, he ahí lo más perverso. Si un país realiza una reforma constitucional en defensa del agua para su población, la Organización Mundial del Comercio lo deja sin efecto y los gobernantes quedan atados de manos”, dispara a modo de ejemplo.

Adelantándose una vez más, Piñeiro señala que el principal desafío para quienes enfrentan al capital y su lógica de despojo es estudiar a China como potencia emergente y potencial reproductora de la lógica de los imperios en decadencia como Estados Unidos y Europa.

En la lógica del capital, son los despojados por el sistema quienes pueden ofrecer alternativas éticas que el mercado no cubre, sostiene el investigador y activista, rechazando la equiparación de “valor” con “precio”.

Es Sebastián Piñeiro, un joven de 65 años proponiendo una rebelión pacífica y campesina, y estudiando a tiempo completo al capitalismo para enfrentarlo.