El Congreso Nacional para la Paz tiene como objetivo general posicionar una propuesta colectiva de paz y país desde una articulación de visiones, apuestas e iniciativas sociales locales y regionales. Específicamente, el Congreso busca la construcción de una agenda social que implica que se aborden problemas sustanciales comunitarios, el fortalecimiento de un movimiento social para la paz desde los sectores populares e incidir en los escenarios de construcción regional y nacional que hoy tienen lugar en Colombia.

Como se sabe, este país suramericano vive un conflicto social y armado que se extiende por más de 50 años. En octubre del año pasado se dio inicio formal, en Oslo, Noruega, a una nueva etapa de diálogos de paz entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el gobierno del presidente Juan Manuel Santos. Los diálogos aún se mantienen en la cubana ciudad de La Habana. Sin embargo, y además de esta discusión bilateral entre las FARC y el gobierno colombiano, amplios sectores de la población del país, organizaciones y movimientos sociales, han señalado la necesidad de entender la paz como un proceso permanente y no sólamente como el silenciamiento de las armas.

“Se debe reconocer primero que la paz es un asunto que incluye todos los aspectos la vida cotidiana y en ese sentido una propuesta de paz es una propuesta de país, y no sólamente para solucionar algunos asuntos del conflicto armado”, señaló el activista Sebastián Quiroga, de la organización colombiana juvenil Tejuntas, al ser entrevistado por Radio Mundo Real para conocer la manera en que se construye el Congreso Nacional para la Paz.

Como preparatorio a esta actividad, “el Congreso de los Pueblos ha querido sumarse a la construcción de iniciativas de paz desde diferentes sectores de la sociedad. La forma como se construye este Congreso para la paz es a través del trabajo regional, porque en este país de regiones separadas, las dinámicas del conflicto, aunque están atravesadas por lógicas nacionales, tienen particularidades regionales”, explicó Quiroga. Así, el fin de semana tuvieron lugar los congresos regionales en el suroccidente colombiano (Popayán), en el magdalena medio (Barrancabermeja), y en el bajo cauca (Medellín) y la región centro (Bogotá, capital del país).

Respecto a las negociaciones que tienen lugar en La Habana, y que han concentrado la atención en los últimos meses en Colombia y en varias partes del mundo, Quiroga resaltó que “a esa mesa le falta que todos los actores del conflicto estén inmersos en ella”. “Faltan organizaciones insurgentes como el Ejército Popular de Liberación (EPL), y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), y falta reconocer y dar la voz a organizaciones sociales que históricamente han pedido la participación en la construcción de los procesos de paz en este país”.

En relación a los sujetos que hasta el momento se han dado cita para la construcción de esta propuesta legislativa popular denominada Congreso Nacional para la Paz, en un país en el que el gobierno oferta cada vez más medidas represivas frente a las reivindicaciones comunitarias, “hemos dicho que no es posible construir la paz sin las víctimas de la violencia bélica y la violencia estructural”, manifestó Quiroga. “Son las víctimas de esas violencias, el pueblo colombiano en general, las que deben estar en un escenario donde se construya la paz. En ese sentido, el Congreso para la Paz se proyecta como un escenario que aspira a recoger esas voces y a hablar a través de ellas. Estaremos satisfechos si se logra una convocatoria masiva en los congresos regionales, esperamos una discusión cualificada en el sentido de poder ir más allá de los diagnósticos, de las situaciones particulares, y el producto más interesante es la agenda política, unos mandatos claros que nos permitan jugar en el momento actual”, sentenció el activista.

Foto: Diana Murillo.