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15 de febrero de 2016 | Noticias | Agroecología | Anti-neoliberalismo | Bosques y biodiversidad | Derechos humanos | Género | Soberanía Alimentaria
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Una centena de organizaciones civiles presentes en todo el planeta, desde movimientos sociales, campesinos, ambientalistas, grupos de investigadores, entre otros, manifestaron alerta y preocupación tanto por la realización como por lo que pueda surgir del Simposio Internacional sobre "El papel de las biotecnologías agrícolas en los sistemas alimentarios sostenibles y la nutrición" que inicia este lunes 15 en Roma, organizado por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
"Nos preocupan la razón y el momento elegido por la FAO para realizar este simposio. Todavía recordamos el último intento desastroso de la FAO de actuar como agente encubierto para las empresas de biotecnología, mediante la organización de la Conferencia Técnica Internacional sobre Biotecnologías Agrícolas en los Países en Desarrollo, en Guadalajara (México) en 2010" indican las organizaciones, entre ellas La Vía Campesina, el Grupo ETC, Grain y Amigos de la Tierra Internacional.
Las mismas indican que "cuando las empresas biotecnológicas que producen semillas transgénicas se están fusionando, la visión corporativa de la biotecnología asoma en la FAO".
Dos de los ponentes magistrales de la FAO son conocidos defensores de los transgénicos, y el programa y los eventos paralelos de los tres días incluyen portavoces de la Biotechnology Industry Organization (un grupo comercial biotecnológico de los EE.UU.), Crop Life Internacional (la asociación comercial mundial agroquímica), DuPont (una de las mayores compañías mundiales biotecnológicas de semillas ) y CEVA (una gran corporación médico-veterinaria), entre otros.
La FAO sólo ha invitado a un orador o panelista abiertamente crítico con los transgénicos. Peor aún, uno de los dos ponentes en la sesión de apertura es un ex-subdirector general de la FAO, que ha presionado a favor de las llamadas semillas Terminator (semillas transgénicas programadas para morir en el momento de su cosecha, obligando a los agricultores a comprar nuevas semillas cada temporada), en oposición a las propias declaraciones públicas de la FAO. El discurso del segundo orador principal se titula, "Poniendo fin al desviado debate global sobre la Biotecnología" - lo que sugiere que el simposio FAO debería ser el momento de cierre de la crítica a la biotecnología.
En la convocatoria del sesgado simposio, la FAO está cediendo a la presión de la industria que se intensificó después de las reuniones internacionales sobre agroecología organizadas por la FAO en 2014 y 2015. Las reuniones de agroecología fueron un modelo de apertura a todos los puntos de vista, desde campesinos hasta la industria. Pero la industria de la biotecnología, al parecer, prefiere tener ahora una reunión que puedan controlar. Esta no es la primera vez que la FAO ha entrado en este juego.
En 2010, la FAO convocó una conferencia sobre biotecnología en Guadalajara, México, donde vetó la presencia de agricultores en su comité organizador, y luego trató de impedir su asistencia a la conferencia misma.
"Nos alarma que la FAO se coloque una vez más al frente con las mismas corporaciones, justo cuando estas compañías están hablando de nuevas fusiones entre ellas mismas, que concentrarían el sector de las semillas comerciales en aun menos manos", denuncia la declaración de las OSC.
Las actividades de agroecología estaban mucho más cerca de la forma en que la FAO debería actuar, señala la Declaración, "como un centro de intercambio de conocimiento, sin una agenda oculta en nombre de unos pocos". ¿Por qué la FAO se autolimita ahora de nuevo a la biotecnología corporativa y niega la existencia de tecnologías campesinas? La FAO debería apoyar las tecnologías campesinas, que ofrecen la vía más innovadora, de código abierto, y efectiva para acabar con el hambre y la desnutrición. Es hora de dejar de apoyar una estrecha agenda corporativa, dice la sociedad civil. "La gran mayoría de los agricultores del mundo son campesinos, y son los campesinos quienes alimentan al mundo. Necesitamos tecnologías de base campesina, no biotecnologías corporativas".
"Ya es hora de que la FAO ponga fin a la biopiratería y a su apoyo a los cultivos modificados genéticamente, que sólo sirven para permitir que un puñado de empresas transnacionales patenten y acaparen toda la biodiversidad existente", dijo Guy Kastler, líder de La Vía Campesina.
"Por el contrario, la FAO debería apoyar a las organizaciones campesinas y a los investigadores que trabajan en el fitomejoramiento colaborativo al servicio de la soberanía alimentaria y la agroecología campesina".
"Con las nuevas biotecnologías de edición del genoma, las multinacionales recomponen estos genes para poder patentarlos. Pretenden prohibirnos producir nuestras propias semillas y obligarnos a comprar anualmente sus OGM patentados y sus pesticidas tóxicos, que son indispensables para cultivar dichos OGM. En la ganadería y la pesca, donde ya existen el salmón y el cerdo transgénicos, observamos el mismo escenario: un fortalecimiento de la producción industrial y un aumento del uso de antibióticos" dicen las organizaciones.
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