Las movilizaciones comprendieron bloqueos de carreteras en varios departamentos hondureños, así como también involucraron manifestaciones en la Corte Suprema de Justicia exigiendo medidas como la destitución de los magistrados y la emisión de una nueva legislación agraria.

Según explicó en entrevista con Radio Mundo Real el dirigente campesino Rafael Alegría, referente de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC-Vía Campesina) de Centroamérica y de la resistencia popular en Honduras, el balance que se había realizado del gobierno de Lobo era "tremendamente negativo", ya que éste había ocasionado "una crisis social, política y económica de grandes proporciones".

Alegría explicó a su vez que lo que buscaba Lobo era deshacer las conquistas que se habían logrado en el gobierno de Zelaya, por ejemplo en materia educativa y sindical, quitando derechos básicos a los trabajadores. Asimismo, en lo referente a los campesinos y campesinas, le había quitado el derecho sobre la tierra a miles de familias.

El dirigente también indicó que se había emitido una ley antiterrorista que permitía practicar una represión generalizada. "Así es que podríamos decir que es un balance bastante desfavorable de este régimen, nada a favor de nuestro pueblo", sentenció.

Por otra parte, indicó que existía una gran movilización dentro del Frente Nacional de Resistencia Popular, ya que se realizará una asamblea masiva el próximo 26 de febrero, en donde se decidirá si ese movimiento popular se configura como un actor dentro de la esfera partidaria y entra en la pugna por el poder de la Nación a través de las urnas.

"De manera que el país vive momentos bastante importantes de lucha social y de lucha política, que no los teníamos en los años anteriores", declaró el referente campesino.

Foto: http://resistenciahonduras.net/