Radio Mundo Real

En Colombia, una buena parte de la población rural y de barrios periféricos de centros urbanos, se organizan para la construcción de acueductos comunitarios para autoabastecerse de agua, ante diversas carencias y amenazas al acceso de este recurso. Para entender más sobre estos procesos de resistencia y construcción de soberanía, charlamos con Juan Pablo Soler, integrante de CENSAT-Agua Viva, Amigos de la Tierra Colombia y del Movimiento Ríos Vivos.

Del 21 al 23 de octubre en el marco de lucha contra las energías sucias, diversas organizaciones realizaron una jornada para ampliar la capacidad de un acueducto comunitario en la Comunidad de Río Ciego, junto a una asociación que integra la Asociación de Productores para el Desarrollo Comunitario de la Ciénaga Grande del Bajo Sinú (ASPROCIG). Además de las organizaciones ya mencionadas participaron también las Reservas Campesinas Comunitarias de Santander y Fundaexpresión

Al describir la esencia de los acueductos comunitarios en su país, Soler destacó que estos "no se orientan por el lucro de la actividad de captación ni distribución del agua, sino por garantizar el acceso a la misma. El autoabastecimiento además representa la capacidad de tener soberanía sobre ese bien común".

Una de las problematicas de estos procesos, apuntada por el militante, fue la del alto costo energético. Para sortear esto, las comunidades principalmente en la región del Bajo Sinú, también están transitando el camino del autoabastecimiento energético. Justamente la jornada organizada en Rio Ciego, fue para instalación de paneles solares, que permitieron duplicar la capacidad de bombeo de agua de la comunidad.

"O agua para la mineria o agua para las ciudades"

La industria extractiva tiene larga trayectoria en Colombia, y en los últimos años ha obtenido aún más impulso, gracias al proyecto de la Locomotora Minero Energética impulsada por el gobierno de Juan Manuel Santos.

Según Soler, esto significa la ampliación de la frontera extractiva, lo que a su vez vene amenazando el abastecimiento de agua de comunidades rurales. El Páramo de Santurbán sufre por ejemplo la amenaza de la mineria intensiva de oro, que no solo compromete el abastecimiento de comunidades como la propia disponibilidad de agua a futuro, al impactar sobre los ciclos de reproducción del agua.

También el aumento de la frontera agrícola en diversos departamentos donde avanza el agronegocio industral está causando la destrucción del ciclo de reproducción del agua. Allí, el manejo comunitario del agua constituye una propuesta para que las comunidades no se encarguen solamente de la gestión, sino de la preservación de las nacientes de aguas, "que son la única garantía para que el recurso hídrico siga produciéndose en la cantidad necesaria", afirma el militante colombiano.