En ese lugar, hace exactamente dos años, se montó un campamento de grupos locales para impedir la operación de una planta de la empresa ECOLTEC, subsidiaria de Holcim, a la que se responsabiliza por la muerte de once personas, que enfermaron producto de la contaminación.

Amigos de la Tierra de América Latina y el Caribe (ATALC) ha denunciado en los últimos años los impactos ambientales que ha provocado esta cementera, sobre todo en México, Guatemala y Colombia, al punto que presentó una denuncia, en abril de 2010, frente al Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP) que sesionó en Madrid.

Grace García de COECOCeiba Amigos de la Tierra Costa Rica explicó a Radio Mundo Real que Holcim controla actualmente el 80% del mercado cementero en América Central.

Según dijo, uno de los casos más claros de los intentos empresariales por criminalizar la resistencia de las comunidades se dio en San Juan Sacatepéquez, en Guatemala, en donde Holcim ha sido acusada, entre otras cosas, por violación del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo.

Las organizaciones impulsan entonces una “semana de acción y vigilia” para denunciar el prontuario de destrucción ecológica y vulneración de derechos de Holcim, en paralelo al cónclave de accionistas que se desarrolla en Suiza.

La empresa es líder mundial de la minería de arrastre, lo que incluye la extracción de minerales para la producción de cementos y agregados, así como de arena, calizas, gravilla y otros materiales. Está presente en una decena de países, pero se estima que México representa la cuarta parte de las 40 millones de toneladas de cemento que produce anualmente.

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