Mario Chinchilla, representante de la Asociación para la Promoción y el Desarrollo de la Comunidad (CEIBA), institución que en conjunto con la FAUSAC implementaron el laboratorio de análisis, señaló que los OGM son productos de la ingeniería genética, la cual permite introducir partes ajenas de microorganismos, plantas y animales a otros seres totalmente distintos, por lo que se rompen las barreras biológicas que naturalmente impiden este traspaso.

Añadió que existe una fuerte controversia en cuanto al consumo para alimentos de productos transgénicos, pues se ha reportado un incremento de hasta 600 por ciento de muertes en experimentos de laboratorio con animales alimentados con dichos medios.

A partir del año 2000, organizaciones de la sociedad civil de Centroamérica han manifestado interés en investigar la presencia de OGM en granos y artículos procesados, así también su utilización como semillas en los campos de cultivos.

En el Istmo no se contaba con laboratorios para estos análisis, ya que la única vía para la obtención era enviar las muestras a Estados Unidos, a un costo excesivo. El servicio que el laboratorio prestará va dirigido a asociaciones de desarrollo, cooperativas, redes, confederaciones, coordinadoras y a grupos de productores que trabajan en protección de la biodiversidad, de investigación, de salud, aspectos socioeconómicos y de identidad cultural.

Según Amílcar Sánchez, encargado del laboratorio, por el momento solamente se podrán hacer análisis para la detección cualitativa de 9 tipos de OGM, en granos y harinas de maíz y se tiene prevista la ampliación a la soja y el arroz.