Asimismo, la actividad, que se hará en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República, hará foco también en el monocultivo de soja transgénica, el otro gran exponente de los agronegocios en Uruguay. REDES – AT presentará un informe sobre el estado de las luchas a nivel global contra la transnacional de origen estadounidense Monsanto, dueña de la soja modificada genéticamente RR, que se planta en Uruguay.

La denuncia de los ambientalistas contra Monsanto se enmarca en la Semana de Acción Global contra esa empresa, con actividades que se están realizando en diversas partes del mundo.

El 21 de septiembre las “organizaciones, redes y movimientos sociales celebramos la resistencia y levantamos nuestras voces para exigir que se detenga la expansión” de los monocultivos forestales, expresa un comunicado de prensa de REDES – AT circulado ayer. Los monocultivos de árboles “atentan contra la soberanía de nuestros pueblos, privatizando aguas y territorios y desplazando comunidades”.

En Uruguay el área forestada alcanza el millón de hectáreas y se suman los proyectos de construcción de plantas de celulosa en varios puntos del país, a impulso de grandes empresas transnacionales. Esas corporaciones, además, presionan para la obtención de convenios con el Estado uruguayo que garanticen enormes beneficios y el gran lucro a sus inversiones.

REDES – AT señala que son los pequeños productores del medio rural los que más sufren las consecuencias del modelo de las plantaciones de árboles a gran escala para la industria celulósica. La organización denuncia la falta de agua en varias partes del país forestadas y los procesos de erosión de los suelos. “A esto hay que sumarle el brutal aumento del precio de la tierra por el empuje de los agronegocios”, dice el parte de prensa. “Ante tantas presiones y dificultades para producir, muchas veces las familias rurales deben abandonar sus campos, consecuencia de un acelerado proceso de latifundización y extranjerización de la tierra”, agrega.

En lo referente a Monsanto, los ambientalistas señalan que es la principal impulsora de los cultivos transgénicos y de la privatización de las semillas a nivel mundial, y reiteran su preocupación por la influencia de la empresa en organismos públicos de varios países.

A fines de agosto REDES – AT había manifestado públicamente su rechazo a un convenio confidencial firmado entre el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) y Monsanto. Se trata de un acuerdo firmado el 16 de mayo para incluir en el germoplasma de soja local que maneja el instituto transgenes propiedad de la empresa.

Concretamente, el convencio estipula que se incorpore la tecnología INTACTA RR2 PRO en hasta tres líneas de soja del programa de mejoramiento genético del INIA. Esta tecnología incorpora al genoma de la soja dos transgenes: uno que le aporta tolerancia al herbicida glifosato (RR2Y) y otro que le da resistencia a algunos lepidópteros (Bt).

“El tema es que el germoplasma de soja lo han desarrollado los agricultores durante miles de años”, al tiempo que la tecnología que se le aplicará “tiene un dueño, se llama Monsanto y obviamente cobra por su uso”, se lamentó REDES – AT en un comunicado del 31 de agosto. La organización ambientalista alertó sobre una nueva ofensiva de Monsanto en la región para la privatización de recursos fitogenéticos y el cobro de regalías.

Este acuerdo será denunciado nuevamente en la actividad de este viernes, cuando REDES – AT presente el informe que habla sobre las crecientes luchas contra Monsanto en numerosos países.

Además de otras presentaciones previstas, la actividad incluirá la exhibición de un nuevo trabajo audiovisual de Radio Mundo Real (Amigos de la Tierra Internacional), que se centra en el Día Internacional de Lucha contra los Monocultivos de Árboles. “Ocupación silenciosa” lleva de título el nuevo video, que se difundirá por varios medios a partir de este viernes.

Foto: REDES – Amigos de la Tierra Uruguay