Comienza el próximo lunes en la capital de Brasil el Encuentro Nacional de Mujeres Afectadas por Represas, una iniciativa del Movimiento de Afectados por Represas (MAB) de dicho país que conmemora sus 20 años de existencia.

El objetivo del encuentro, al que concurrirán mujeres involucradas en luchas contra los proyectos de hidroeléctricas de la Patagonia y México, además de autoridades oficiales tanto brasileñas como de la región, es relanzar un informe donde se constatan las violaciones a los derechos fundamentales de las comunidades afectadas y dentro de ellas en especial los de las mujeres.

Temacapulín presente

Sonia Mara Maranho, integrante de la Coordinación Nacional del MAB dialogó con Radio Mundo Real, solidarizándose en primer término con la comunidad mexicana de Temacapulín, que con acompañamiento de organizaciones vinculadas a la Red Latinoamericana de Afectados por Represas vienen efectuando una toma en las obras de la represa “el Zapotillo” que amenaza ésa y otras poblaciones en el Estado de Jalisco.

“El 3er. Encuentro Internacional de Afectad@s por Represas que realizáramos en Temaca en octubre pasado significó una semilla, que ha sido cuidada por toda la comunidad y esa semilla significaba decir ’¡No a la represa El Zapotillo!’. Por lo que las luchas que hoy están ocurriendo allí involucran a mucha gente en el mundo y significan un mensaje de lo que son la violaciones de los Derechos Humanos de este tipo de proyectos”, dijo Sonia. “Temaca está ligado con nosotros y nosotros estamos allá también”, dijo la activista brasileña.

Para el MAB, la lucha contra los proyectos de represas se inserta en el enfrentamiento al esquema capitalista según el cual se mercantiliza la energía en especial como insumo de las grandes transnacionales instaladas en el Sur Global, significando una nueva forma de apropiación de recursos naturales.

De Japón a América Latina

En ese sentido, la crisis nuclear que vive la tercera economía del mundo, Japón, y sus repercusiones en países centrales como Alemania en un serio cuestionamiento a la matriz energética dependiente de fuentes atómicas, generan un contexto dramático para los debates que se realizarán en el Parque de la Ciudad, cercano a la sede presidencial brasileña.

“Lo que está aconteciendo en Japón hará que las grandes empresas quieran minar América Latina de grandes represas. Sabemos que Brasil, Perú, Colombia son países con un enorme potencial hidrológico que significan una gran oportunidad de generación de energía para las empresas. Con 2000 represas que tenemos en Brasil, más las 1500 que quieren construir, eso generaría un enorme problema de seguridad trasladando aquí una situación similar a la que atraviesa Japón”, analizó Sonia Mara.

Formación política, análisis del rol de las mujeres en las luchas contra proyectos de presas, sus testimonios y un contexto de los futuros desafíos geopolíticos con eje en la demanda energética del capital formarán parte de las jornadas de debate en el Encuentro.

Asimismo, el día 5 de abril se presentará el Relatorio aprobado por el Consejo de Defensa de DDHH de Brasil en que se señalan y demuestran las variadas violaciones a dichos derechos en las obras de represas en ese país. En esa instancia se espera la presencia de la Ministra de DDHH, Maria del Rosario Nunes, así como lograr de parte de la Presidenta Dilma Roussef la firma de un decreto por el cual se establezcan quiénes son los afectados y cómo deberían ser indemnizados. “Hoy en día, quienes dicen quiénes son los afectados son las propias multinacionales -dice la dirigente del MAB. EL 70 por ciento de los afectados no han recibido nada a cambio”.

Patrón de violaciones

En el Relatorio se enumeran 16 violaciones a los DDHH en siete obras investigadas. “Es el diagnóstico de un patrón de violación de Derechos”, resume Sonia. Así, la expectativa es que los contenidos de dicho Informe lleguen de primera mano al Palacio Planalto, a la Presidenta Roussef, “para intentar cambiar hoy la relación que tienen el gobierno y las grandes empresas con los afectados y afectadas. Queremos discutir con Dilma los términos de un nuevo proyecto energético en el cual el agua y la energía esté al servicio de la soberanía de los pueblos y no del capital”.