Los barrios Santa Teresita y Las Lomas se encuentran en la localidad de Guernica, 38 kilómetros al sur de la ciudad de Buenos Aires, capital argentina. Son barrios claramente urbanos por sus características habitacionales de infraestructura y servicios, pero sin embargo, a causa de la cercanía inmediata de campos con plantaciones de soja, trigo y sorgo, hace unos diez años que los habitantes locales están expuestos a la utilización de agrotóxicos. Tres campos de cultivo se ubican a distancias muy próximas de las viviendas y en algunos sectores sólo una calle angosta los separa. La cercanía de los campos hace que la población, sus casas, plantas y animales reciban constantemente la deriva proveniente de las fumigaciones: nada más y nada menos que altas dosis del herbicida glifosato y el insecticida organoclorado endusolfán.

En septiembre de 2010 los vecinos presentaron el proyecto de ordenanza ante el Municipio de Presidente Perón, que fue evaluado, modificado y sancionado como la Ordenanza Municipal Nº 708. Ella prohibió las fumigaciones aéreas en todo el distrito, estableciendo una distancia de 500 metros del área urbanizada para las fumigaciones terrestres.

Sin embargo, la reglamentacción fue violada por los productores, que comenzaron a fumigar en horarios nocturnos. Nuevamente los pobladores efectuaron denuncias ante la Policía y la dependencia municipal. Junto a la Asociación Civil Centro de Educación Agroecológica ASHPA, los vecinos realizaron una denuncia ambiental ante el Defensor del Pueblo de la provincia de Buenos Aires. Al mismo tiempo, se conformó la Coordinadora Ambiental Sur (CAS), integrada por la Asociación Civil ASHPA, Proyecto Cultural Los Otros, el Frente Popular Darío Santillán y vecinos autoconvocados . El 22 de julio de 2011 se organizó el 1er Encuentro de Agrotóxicos en Guernica, en la Escuela Secundaria Nº 11 del Barrio Las Lomas. Contó con la asistencia de numerosos vecinos y asociaciones interesadas en frenar las fumigaciones.

Amigos de la Tierra Argentina conversó con Marisa, vecina del barrio Las Lomas, quien nos relata que la lucha por la vida continúa, en medio de amenazas y enfermedades, pero también de propuestas y alternativas al uso de la tierra.

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