Seguramente Alcira y José Luis de regreso a su tierra en la zona conocida como Represa Morales, cercana a Villa de Soto, en el noroeste de Córdoba, hayan dedicado más de un pensamiento a su padre y primer poblador de esos campos. Don Amadeo Godoy, quien a pesar de no saber leer ni escribir –y por eso ser víctima de leguleyos inescrupulosos- sí supo transferirles el amor por su tierra y su vida campesina.

La historia de esta lucha (http://www.radiomundoreal.fm/Robo-a-letra-armada) alcanza 40 años desde que un matón de la zona, “Maruco” Gómez “descubre” que es el “dueño” de los campos en cuyo subsuelo existen grandes cantidades de granito “Rojo Príncipe”. Mientras el nuevo “dueño” calcula cuán lucrativa será la explotación de ese mineral, muy requerido en construcciones lujosas, los Godoy resisten.

Sus cabras y ganados no entienden nada de minería, ellos prefieren el pasto. Aparece entonces en escena un abogado que engaña a don Amadeo aliándose con los despojadores y llevando a remate una fracción de los campos.

Sin embargo la madre de los Godoy no firma y por ende esa cesación de derechos es nula, por lo que los hijos de Don Amadeo impiden -pacífica, pero firmemente- el acceso al mismo y son acusados por el abogado e interesado en su riqueza subterránea ante los estrados de la ciudad de Cruz del Eje.

La situación, finalmente laudada a favor de los campesinos, habla a las claras de la precaria situación de tenencia de tierra de las familias campesinas que, acorraladas en el norte cordobés por el crecimiento del monocultivo de soja que trepa desde Buenos Aires y Santa Fé, resisten en medio de la sequía y la indiferencia oficial.

Una luz esperanzadora

El integrante del equipo jurídico del Movimiento Campesino de Córdoba, integrante del Movimiento Nacional Campesino Indígena de Argentina, Vía Campesina, Ramiro Fresneda dialogó con Radio Mundo Real sobre los antecedentes y consecuencias de este caso.

“Esta sentencia es alentador en tanto absuelve de culpa y cargo por el supuesto delito de coacción e incumplimiento de acto funcional. Termina siendo una pequeña luz de esperanza en un contexto general en que el Poder Judicial muchas veces termina siendo funcional a la consolidación de un modelo de agricultura sin agricultores campesinos e indígenas y al fortalecimiento de un desierto verde de soja transgénica, dañando seriamente los derechos a una seguridad y soberanía alimentaria que son derechos reconocidos internacionalmente”, reflexionó el abogado.