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18 de junio de 2009 | Entrevistas | Agrocombustibles en Colombia | Bosques y biodiversidad | Derechos humanos
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Hoy en día son 300 mil las hectáreas que se dedican a cultivos cuyo destino son los agrocombustibles en Colombia –palma y caña de azúcar-. Sin embargo, el gobierno de Álvaro Uribe se dispone a triplicar esa área y llevarla al millón de hectáreas, aunque otros cálculos hablan de que la superficie potencialmente destinada a cultivos carburantes puede alcanzar las 3 500 000.
Para ello no es obstáculo el despojo a las comunidades campesinas e indígenas en varias zonas del país.
Los conflictos en Colombia producto de la usurpación de tierras que suponen los agrocombustibles son de una gravedad creciente y ha motivado la convocatoria para el mes de julio de una misión internacional de verificación por parte de varias organizaciones como la federación Amigos de la Tierra Internacional y la Vía Campesina, integrantes del Parlamento Europeo, y otros.
Según comenta en un artículo de prensa la integrante de Salva la Selva, Guadalupe Rodríguez, “la revista colombiana Semana, publicó recientemente una sección especial sobre el tema del robo de las tierras, donde se afirma que quienes reclaman sus tierras son asesinados, torturados y amenazados. De las tierras usurpadas apenas se ha devuelto el 1 por ciento. Algunos habitantes del Chocó intentaron regresar a sus tierras encontrándose al llegar con la sorpresa de que su pueblo había sido demolido y en su lugar crecía palma africana. Quince mil personas fueron desplazadas en este contexto, sólo en el bajo Atrato para la implementación del megaproyecto agrícola, cuyo boom se basa también en el de los agrocombustibles”.
Desde Colombia, Danilo Rueda, integrante de la Comisión Justicia y Paz comentó a Radio Mundo Real el clima de represión institucional que se vive en el Chocó, en consonancia con la fuerte presencia paramilitar en la región. Rueda habla de una estrategia de ocupación empresarial de la cual el accionar paramilitar es facilitador y cómplice.
En el mencionado artículo de Semana se narran aristas dramáticamente inverosímiles, como que ni el cementerio de la localidad de Andalucía, en el Chocó colombiano, fue respetado por la inundación del agronegocio. “El paisaje, más que funerario, es desolador y ruinoso. Los empresarios de la palma no sólo derribaron todo el pueblo de Andalucía, sino que también utilizaron el terreno del cementerio donde estaban enterradas 60 personas. Hoy no se distingue ni bóvedas, ni cruces, ni ataúdes. Sólo sus restos y, encima, las palmas”.
En otro tramo de la entrevista, el activista se refirió a lo que será la misión que recorrerá cinco regiones del país para verificar el daño inflingido por la ocupación de territorios campesinos para el cultivo de agrocombustibles.
Esa misión que se llevará a cabo entre el 1º y el 8 del mes próximo contará con la cobertura por parte de Radio Mundo Real.
Y finalmente en la entrevista con Danilo Rueda de la Comisión Justicia y Paz se abordan los lazos directos entre el elenco gobernante en muchas de las misiones y las organizaciones paramilitares. De hecho, se ha señalado que el 35 por ciento del Congreso legislativo colombiano cuenta con lazos de dependencia con los paramilitares.
Imagen: Semana.com
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