Solón es además uno de los jefes de la delegación boliviana en las negociaciones que se llevan adelante en la capital danesa. Bolivia es parte del G77 más China, grupo que en realidad está integrado por 136 países en desarrollo y China, y que es el principal bloque de oposición a los países industrializados (reunidos en el llamado Anexo 1).

Dentro de su bloque, Bolivia ha ganado gran importancia por sus posiciones progresistas, el concepto de deuda climática que acaba de incluir en las negociaciones, reclamando que los países industrializados paguen esa deuda, y el de equilibrio entre los seres humanos y la “Madre Tierra”.

Radio Mundo Real consultó primeramente a Solón sobre sus primeras impresiones luego del triunfo de Evo Morales, con un porcentaje que ronda el 63 por ciento de los votos. “Este es un nuevo triunfo democrático de una revolución profunda que vive Bolivia”, empezó diciendo el entrevistado. “No ha debido haber en la historia de Bolivia con seguridad, un movimiento y un líder que haya ganado tantas elecciones y referéndums como las que hemos ganado en estos cuatro últimos años”, agregó.

Para Solón el contundente triunfo de Evo Morales “demuestra sin ningún lugar a dudas que el pueblo boliviano ha dicho basta al modelo neoliberal, basta a los grupos de poder oligárquicos, y hay que emprender un proceso de cambio”, que otorgue los beneficios de las riquezas de Bolivia a los más empobrecidos económicamente.

“Quieren borrar las huellas de la deuda climática”

Solón fue muy contundente al referirse al proceso de negociaciones en la COP 15 de Cambio Climático en Copenhague. Dijo que “hay un intento de que el proceso de negociación en el que hemos estado más de dos años trabajando, súbitamente sea reemplazado por un documento que sea elaborado por algunos países y que aparezca los últimos días de la COP”.

Se busca que “este documento fundamentalmente dé una muerte al Protocolo de Kioto, en el que son los países desarrollados los que tienen que hacer compromisos de reducciones de sus gases de efecto invernadero”. Los países industrializados pujan por un nuevo acuerdo que obligue a reducciones de emisiones a países como China, India, México, Brasil, entre otros, que son parte del G77.

Solón fue más específico: “Hay un documento que se comenta, no en los canales oficiales (preparado por Dinamarca), que ya pre-adelanta un posible resultado con el que obviamente la gran mayoría de países del G77 no están de acuerdo porque no se ven reflejados”. De todas formas, el jefe negociador de la delegación boliviana aclaró que “esas no son las negociaciones formales y nosotros queremos un proceso de negociación transparente, donde estemos todos los países miembros y donde no aparezcan acuerdos de última hora trasnochados e introducidos de contrabando”.

El G77 está al tanto de esta intentona de los países industrializados y buscará oponerse de todas formas. Es dable esperar que las negociaciones puedan estirarse algún día más, hasta el 19 de diciembre o inclusive hasta el 20. De hecho, las acreditaciones son válidas hasta el 19, cuando en realidad la COP finaliza el 18, lo que para Solón constituye una de las cosas raras que están pasando en Copenhague.

“Para Bolivia lo que quieren hacer (los Estados ricos económicamente) es borrar las huellas de la deuda climática que tienen con los países en desarrollo, con toda la humanidad y con la propia ‘Madre Tierra’. Y para eso quieren borrar el Protocolo de Kioto y la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático”, aseguró Solón.

Los países industrializados tienen el 20 por ciento de la población mundial y sin embargo son responsables por el 75 por ciento de las emisiones históricas de gases de efecto invernadero.

“Vamos a oponernos firmemente a que se quiera diluir o eliminar la responsabilidad histórica que tienen (los Estados industrializados)”, enfatizó el representante del gobierno de Bolivia.

Equilibrio entre la Madre Tierra y seres humanos. Rol de movimientos sociales

Solón manifestó que “Bolivia lo que trae a la COP 15 es un punto básico. Si aquí queremos resolver el problema del cambio climático tenemos que reestablecer la relación armónica de los seres humanos con la naturaleza que ha sido rota por el sistema capitalista”. “Si no se logra cambiar el sistema capitalista no se va a lograr restituir una relación de equilibrio entre los seres humanos y la naturaleza, y por ende las causas que engendran una mayor emisión de gases de efecto invernadero y otras calamidades ambientales en el mundo van a continuar”, enfatizó.

Contó que la propuesta de deuda climática ha ido ganando cada vez más repercusión, inclusive dentro de algunos gobiernos del G77 más China.

Con respecto al papel de los movimientos sociales en Copenhague, Solón lo catalogó de “clave”. “Si no hay una presión, una movilización de los movimientos sociales, el peligro de que aparezca un acuerdo trasnochado, de última hora, metido por contrabando, es muy grande”, explicó. Finalmente dijo: “si los movimientos sociales mantienen la presión y el ojo sobre los gobiernos, las delegaciones, y están vigilantes, con propuestas, hay más posibilidades de que aquí se salga con un acuerdo que realmente tome los intereses de la humanidad por encima de todo y los intereses de nuestra ‘Madre Tierra’”.

No obstante, Solón no se mostró para nada optimista sobre las posibilidades de obtener un buen acuerdo en Copenhague, que responsabilice realmente a las naciones industrializadas.

Foto: http://20minutes.fr