“El proyecto implica generación de energía para exportación, en un lugar donde nacen los principales ríos de Colombia, con desplazamiento y despojo de más de 1500 personas, muchas de las cuales se han organizado desde la década de los 60 en empresas comunitarias, lo cual fue parte de la resistencia en aquella etapa”.

Mal negocio

Ante ello, Miller Dussan señala que la construcción de El Quimbo implicaría “no solamente una catástrofe ambiental sino también una catástrofe social”. Asimismo, en entrevista con Radio Mundo Real realizada en México durante el 3er Encuentro Internacional de Afectad@s por Represas, Miller reseña un estudio académico según el cual cambiar el uso del suelo desde la producción agroalimentaria para construir la represa, sería un “mal negocio” económico para Colombia como país.

En ese sentido, organizaciones en resistencia a la represa como Plataforma Sur y Asoquimbo plantean la creación de una reserva campesina con vocación de producción agroalimentaria.

De decretos firmados en las últimas horas del gobierno de Álvaro Uribe a favor de las trasnacionales, del chantaje de éstas respecto a las comunidades y de la criminalización de la protesta en Colombia, dialogamos con Miller Dussan.

El factor anti-insurgente

En Colombia, el pasado 1º de diciembre se realizaron acciones de protesta por Asoquimbo con el acompañamiento de Plataforma Sur de Organizaciones Sociales. En la ciudad de Neiva, estudiantes de la USCO respaldaron a los marchantes de El Quimbo que mantuvieron interrumpida la movilidad hacia el sur durante más de 4 horas.

La acción fue suspendida con el compromiso de la Defensoría Nacional del Pueblo de coordinar una reunión con el Ministerio de Ambiente con el propósito de escuchar a representantes de todos los directamente afectados por el Proyecto Hidroeléctrico El Quimbo donde se espera respuesta favorable a sus demandas.

Los manifestantes probaron igualmente movilizarse el 14 de marzo de 2011 hacia Bogotá, en compañìa de todas las organizaciones sociales que resisten contra megaproyectos mineros, agrocombustibles, energéticos, hidrocarburos, en todo el país por la defensa de los territorios, la biodiversidad y la definición de políticas públicas que garanticen la soberanía y autonomía energética, minera y alimentaria en Colombia.

Además, exigieron la suspensión inmediata de obras por parte de Emgesa-Enel.

Miller también analiza el papel de las megaobras en la política anti-insurgente que, con intervención del Pentágono norteamericano, lleva adelante el gobierno de Bogotá.

Foto: Radio Mundo Real