La decisión de Rafael Correa de retomar las negociaciones –cuya fecha límite simbólica es el mes de mayo, cuando se reúnan los presidentes de América y la UE en la cumbre prevista para Madrid- desentonó con la decisión de gobiernos como el de Venezuela y Bolivia de dar por finalizados esos diálogos al considerar las condiciones de los AdA como unilateralmente a favor de la consolidación de las corporaciones trasnacionales europeas en América Latina.

Correa justificó su decisión, comunicada tras un diálogo telefónico con la vicepresidenta española María Teresa Fernández, por la decisión de la UE de rebajar el arancel al banano ecuatoriano, e incluso se manifestó en el sentido de que los AdA no representan un “tratado de libre comercio”.

De retomar el acercamiento con la UE, Ecuador estaría desequilibrando a favor de los AdA la correlación de fuerzas dentro de los países andinos: mientras Perú y Colombia se aferraron sin chistar a las condiciones europeas, Venezuela, Bolivia y hasta esos anuncios Ecuador, se mantenían en la negativa.

En tanto, desde el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) solamente la voz del presidente saliente Tabaré Vázquez y su Cancillería aparecían apostando a retomar el diálogo con el grupo de naciones Euro, mientras Argentina, Brasil y Paraguay mantenían la posibilidad en el “congelador” a pesar de las crecientes presiones llevadas adelante por España.

En tanto, la pasada semana el Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA) convocó a un encuentro para facilitar una posición regional común en la VI Cumbre con la Unión Europea de Madrid.

La reunión se realizará en Caracas, sede del organismo, el 25 y 26 de febrero y además de los Estados miembro participarán en ella representantes de la Asociación de Estados del Caribe y la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y el MERCOSUR.

En el continente sede, en tanto, se va tejiendo un telón de fondo nada sencillo de cara al encuentro de Madrid que buscaba inicialmente poner broche de oro a las negociaciones.

La caída en picada de importantes centros bursátiles como Grecia y la propia España, con su consiguiente pérdida masiva de puestos de empleo representan un dolor de cabeza mayúsculo para Bruselas, que por estos días ensaya reuniones de emergencia para tratar de paliar la crisis.

Por su lado, el presidente norteamericano Barack Obama ha anunciado que no concurrirá a la Cumbre, generando malestar en los funcionarios comunitarios.

El encuentro de mandatarios tendrá como correlato desde el movimiento social la Cumbre Alternativa de los Pueblos, en cuyo marco funcionará el Tribunal Permanente de los Pueblos considerando casos de violaciones de derechos humanos por parte de empresas europeas instaladas en territorio latinoamericano.

Esta actividad viene siendo organizada por la red Enlanzando Alternativas.

Foto: Venezuela Analysis