Las organizaciones campesinas alertan que estas corporaciones semilleras pretenden establecerse definitivamente en el país centroamericano, y se lamentan por una nueva consecuencia de la fragilidad institucional posterior al golpe de Estado del 28 de junio de 2009.

En paralelo a una conferencia empresarial significativamente bautizada como ““Biotecnología y Seguridad Alimentaria”, la Vía Campesina Honduras se movilizó por las calles de Tegucigalpa en defensa de la soberanía alimentaria y las semillas criollas, según informó La Voz de los Movimientos.

Los grupos hondureños aseguran que Croplife –así se llama el espacio que aglutina a las multinacionales- le miente a la población hondureña cuando afirma que los productos transgénicos son la llave para resolver el problema del hambre en el mundo.

“Lo que en realidad pretenden es acabar con la economía campesina, al despojar a campesinos y campesinas de las semillas nativas, recurso valioso para su libre producción alimentaria”, aseguran las organizaciones en un documento.

Esas semillas, según afirman, son “patrimonio de la humanidad”, porque han sido “domesticadas, conservadas y mejoradas” por los campesinos desde hace más de 10 mil años.

En medio de una cruzada de la derecha latinoamericana por legitimar al régimen de Porfirio Lobo Sosa- que este fin de semana fue reconocido por los gobiernos de Chile y México-, la Vía Campesina denunció esta “nueva ofensiva” de las corporaciones semilleras, que deliberadamente buscan la “bendición” de las autoridades nacionales para expandir sus negocios en la agricultura de Honduras.

Responsabilizan por esta situación a las secretarías de Agricultura y Ganadería; Recursos Naturales y Planificación, y saludan a las movilizaciones del pueblo haitiano, que ha rechazado las donaciones de semillas trasngénicas que efectuó la Monsanto después del terremoto del 12 de enero.

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