Como consecuencia de un viejo reclamo del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) y por primera vez en la historia del país, el Poder Ejecutivo determinó días atrás la expropiación de la estancia Nueva Alegría, en el Estado de Minas Gerais, luego de hallar responsables a sus propietarios por varios crímenes ambientales.

El decreto fue firmado por el presidente Luiz Inácio Lula Da Silva, y afectará a casi 1200 hectáreas de tierra ubicadas en el municipio mineiro de Felisburgo, que serán destinadas a planes de reforma agraria, puntualmente a través del Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (Incra). Dicho organismo estatal tendrá a su disposición estas tierras dentro de los próximos cuarenta días.

A pesar de que esta muestra de voluntad política es inédita en el país sudamericano, los castigos por daños ambientales están incluidos en la Constitución brasileña desde 1988.

En este caso, las autoridades responsabilizan al estanciero Adriano Chafick por prácticas de corte de monte nativo para la cría de ganado, en violación a la normativa vigente.

Desde el Incra interpretan que si bien los abusos en materia de desforestación son irreversibles, estas decisiones gubernamentales son útiles para evitar daños con características similares en el futuro y, por otra parte, establecen claramente la función social de la tierra, más allá de quien ejerza su titularidad.

Pero no fueron solamente ambientales los crímenes cometidos por los dueños de Nueva Alegría. En 2004, cinco militantes del MST que participaban en una ocupación del establecimiento fueron asesinados por pistoleros contratados por Chafick, y otros trece manifestantes resultaron gravemente heridos.

Si bien hay señales positivas en cuanto a medidas gubernamentales que apuntan a penalizar estos abusos, lo cierto es que la violencia en el campo brasileño sigue siendo una práctica cotidiana, y muchas veces el rol de las autoridades termina siendo por demás negativo.

Por ejemplo, esta mañana en conferencia de prensa, los principales movimientos sociales de Brasil condenaron enfáticamente el asesinato de Elton Brum da Silva, durante una represión que sufrió el MST en el municipio de San Gabriel, en el Estado de Río Grande do Sul. Allí se anunció que la coordinación de movimientos sociales realizará una vigilia en homenaje a la memoria de la víctima, en el marco de la campaña “todos somos Elton Brum da Silva”.

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