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11 de marzo de 2013 | | | |

Mano a mano con Joao Pedro Stédile

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Aunque el legado político revolucionario de Hugo Chávez será materia de estudio, interpretación y análisis por parte de los movimientos populares latinoamericanos por mucho tiempo, el dirigente brasileño Joao Pedro Stédile, referente del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) de Brasil y de la Vía Campesina Internacional, subraya el protagonismo que recuperaron las masas en la construcción política del rumbo de liberación a impulsos del fallecido presidente venezolano como uno de sus aportes estratégicos.

En un diálogo con Radio Mundo Real que lo encontró presente en Caracas, minutos antes de la juramentación de Nicolás Maduro como mandatario del país bolivariano y mientras los funerales de Hugo Chávez seguían recibiendo la presencia aluvional de venezolanos y venezolanas, Stédile asignó a la irrupción del líder de la Revolución Bolivariana en el continente como la primera y determinante derrota del neoliberalismo como propuesta ideológica.

Asimismo, apunta que Chávez incorporó a la perspectiva de cambios el concepto de soberanía nacional desde y para los pueblos, alejada de una propuesta concebida por las élites locales y de los agentes trasnacionales, como forma de extracción y acumulación de capital y los bienes naturales.

Aún bajo gobiernos anti-neoliberales, dice Stédile citando el caso de Brasil, Argentina o Uruguay a modo de ejemplos, el modus operandi de las formaciones políticas que los sostienen persisten colocando a los pueblos al margen del protagonismo y optando porque “opinen por televisión”. La prédica de Hugo Chávez y su praxis de gobierno durante tres lustros coloca ese desafío para las organizaciones de izquierda y los movimientos sociales, en un continente donde, afirma, los proyectos en pugna no asegurarán una liberación completa si no garantizan ese protagonismo de la movilización popular.

Lo que sigue es una transcripción de lo principal de la entrevista con Stédile

“Me tocó por un lado un privilegio de venir en nombre de la Vía Campesina y el MST aquí a Caracas y por otro lado una enorme responsabilidad. Hoy a la tarde (NdR: el viernes 8 de marzo) acompañamos las últimas ceremonias de honor en los funerales y desde el momento de la muerte hasta ahora ya pasaron para saludar al Presidente más de 2.900.000 personas y se calcula que otros tres millones están en camino o haciendo cola. El gobierno ya anunció que los funerales seguirán por otros siete días. Todo eso fue en un clima de mucho dolor, de mucha pérdida, pero a la vez de un sentimiento de compromiso. He escuchado decenas de testimonios de gente popular, humilde, de campesinos, trabajadores, militares, jóvenes, estudiantes, comprometiéndose a dar seguimiento a ese proyecto.

Creo que Chávez fue muy sabio en ese sentido, porque en todo momento propuso que el protagonismo de este proceso de cambio debería ser del pueblo como única manera real de poder hacer los cambios. El pueblo entendió el mensaje y está tomando en sus manos ese destino histórico de hacer los cambios acá en Venezuela, lo que a la vez tiene una repercusión en todo nuestro continente por los proyectos visionarios que desde acá están en curso como es el tema de Unasur (Unión de Naciones Sudamericanas), la ampliación del Mercosur (Mercado Común del Sur, al cual Venezuela acaba de incorporarse en 2012), la CELAC (Comunicad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) y el Banco del Sur.

Ahora estoy en las galerías de la Asamblea Nacional donde en unos minutos se dará posesión oficial al compañero Nicolás Maduro como Presidente y en consecuencia se dice que el lunes la autoridad electoral anunciará la fecha en que se realizarán las elecciones.

Para esas elecciones por lo menos ya tenemos dos candidatos: Maduro, para dar seguimiento al proceso revolucionario y la derecha ya anunció que va a ir con Henrique Capriles –quien ya fuera derrotado por Chávez en 2012-. También es posible que otros pequeños partidos coloquen sus candidatos”.

- Los quince años que identificamos con el período más fuerte de Hugo Chávez en nuestra historia latinoamericana tienen una intensidad tal que nos va a llevar mucho tiempo valorarla en su justa medida. Algunos proponen pensarlo desde la perspectiva de un Chávez–a menos de diez años de la caída de la Unión Soviética y de la instalación de un consenso del capital absolutamente hegemónico y unipolar- rescatando conceptos como “revolución” y “socialismo” los cuales habían sido soslayados en los discursos de izquierda. ¿Cuál es su lectura?

- Estoy de acuerdo con que su legado histórico podremos valorarlo con los años. Ahora todavía estamos en el calor del proceso y a veces el análisis puede estar muy involucrado con los sentimientos. Pero ya como parte de la historia, el proceso de Venezuela primero fue la derrota del neoliberalismo en cuanto propuesta ideológica. Aquí se empezó a derrotar al neoliberalismo en 1998 y después siguió en los procesos electorales de todo el continente.

Luego, yo creo que Chávez recupera algo sobre lo cual la izquierda no había reflexionado suficientemente, que es la necesidad de la soberanía popular sobre nuestros países, la soberanía nacional. El tema de las naciones siempre estuvo muy influido o por la cuestión fascista o por visiones burguesas muy corporativas. Chávez recupera ese concepto y sentimiento de patria, como nación y como pueblo.

Eso tendrá un significado importante porque los pueblos son llamados a defender sus territorios, sus recursos naturales y utilizar esa riqueza natural para resolver sus problemas como es el ejemplo de Venezuela con la riqueza petrolera.

Un tercer legado, llegado en buena hora, es recuperar en la política el protagonismo de las masas. En algún momento más descontraído decíamos que Chávez se asemeja en cierta medida a un maoísta. Porque siempre quería involucrar a las masas. Lastimosamente en América Latina, incluso en países como Brasil, Argentina y Uruguay, donde logramos elegir a gobiernos anti neoliberales, todavía el modus operandi de la política está muy institucionalizado, muy dependiente de los marketing electorales, donde las masas opinan por la televisión.

Acá en Venezuela, así como en Bolivia, las masas son actores activos de la política, en la calle. El mismo funeral es testimonio de eso y yo lo vi ahora con mis ojos. Había un plan del gobierno de funerales de tres días que se cerrarían con la visita de los jefes de estado hoy (por el viernes 8). Sin embargo las masas en la calle exigieron el derecho de saludar al Presidente y el gobierno, respetuoso de ese protagonismo de las masas, anunció que se extenderían por siete días más. Las masas protagonizando decisiones para que los miembros del Poder Ejecutivo y el Legislativo tengan claro el primer principio de la política: todo el poder en manos del pueblo y es el pueblo quien tiene que ejercerlo.

Esas enseñanzas tendrán una perennidad que excederá generaciones. Chávez se convierte así en el primer héroe de la independencia latinoamericana del siglo XXI.

- Precisamente los movimientos sociales latinoamericanos se congregaron en Caracas, a la par de los jefes de estado de todo el mundo, para homenajear a Hugo Chávez y solidarizarse con el pueblo venezolano. En nuestro continente se ha venido tejiendo la experiencia de la articulación de movimientos sociales hacia el ALBA con participación del MST y otros movimientos. ¿Cambia en algo o en mucho la desaparición física de Chávez esta construcción?

- No creo. Nosotros hemos evaluado como análisis de la correlación de fuerzas y de la lucha de clases en nuestro continente que hoy existen tres proyectos en disputa. Está el proyecto de los gringos, del capital estadounidense, de las trasnacionales, que quiere recolonizar América Latina y hace los esfuerzos para eso. Otro proyecto acepta la integración continental pero desde una perspectiva capitalista: una parte de nuestras burguesías internas quieren quedarse ellas con las ganancias y no transferirla a los gringos. Eso puede significar una redistribución de renta pero no es un proyecto de liberación de nuestro continente. El tercer proyecto es el del ALBA (Alternativa Bolivariana para los Pueblos de América), que más allá de los nombres, en esencia es la propuesta de crear mecanismos permanentes de integración económica, popular, cultural, donde los pueblos sean los protagonistas, no solamente los gobiernos o los acuerdos comerciales.

Nosotros los movimientos estamos en esta construcción permanente. Cuando organizamos un programa común de erradicación del analfabetismo utilizando el programa “Yo sí puedo” de los cubanos, eso es construir un proyecto alternativo. Cuando los obreros toman para sí las empresas sociales como en Uruguay con Envidrio (NdeR: empresa uruguaya de fabricación de vidrio recuperada a partir de los obreros de la liquidada Cristalerías del Uruguay, que contara con financiamiento venezolano), eso es construir un proyecto alterativo. Cuando hacemos integración cultural como ustedes hacen en Radio Mundo Real, cuando Daniel Viglietti anda por ahí cantando las verdades, eso es integración de nuestros pueblos. La Asamblea de Movimientos Sociales hacia el ALBA es un momento de coordinar esos esfuerzos y creo que la pérdida de Chávez más bien nos va a reforzar el compromiso de que los procesos sociales van más allá de los liderazgos.

Es por eso que estamos aquí con compañeros de movimientos sociales de Brasil, Argentina, Uruguay, Honduras y muchos otros países. Hoy mismo estábamos recordando a uno de nuestros inspiradores en la lucha por la tierra que fue el gran Raúl Sendic. Nosotros, que somos vecinos tenemos un gran cariño por esas luchas que empezó con los cañeros y que por cierto influenció también las tomas de tierras que en aquel entonces hiciéramos en Rio Grande del Sur. Los sentimos hermanos gauchos de esta gran patria latinoamericana.

(CC) 2013 Radio Mundo Real

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