Amigos de la Tierra Internacional lanzó el viernes un nuevo estudio denominado “Jatrofa: el dinero no crece en los árboles”, que concluye que ese cultivo, promovido para la producción de agrocombustibles, no es una inversión redituable ni sustentable.

Pohl manifestó: “Esto tiene muchas implicancias por ejemplo para los gobiernos y la Comisión Europea. La Unión Europea tiene el objetivo de que el 10 por ciento de los combustibles del transporte sean renovables (para 2020), y es una de las razones por las que se están plantando tantos (granos para) agrocombustibles. Pienso que los gobiernos y la Comisión Europea deben reaccionar”.

Pohl es investigadora de Amigos de la Tierra Europa y fue la responsable de realizar el estudio que terminó con la publicación del nuevo informe. Trabajó alrededor de un año en este reporte. Radio Mundo Real dialogó con ella.

Investigaciones anteriores de Amigos de la Tierra Europa sobre acaparamiento de tierras en África habían dejado ver muchas inversiones en el continente para plantaciones de jatrofa y varios proyectos que no habían arrojado los resultados económicos esperados. Decidimos que sería bueno analizar el tema en detalle y ver si el cultivo de jatrofa era económicamente viable o no, dijo Pohl.

Así nació el interés por una evaluación económica del desarrollo de la jatrofa para agrocombustibles, a lo que sumaron los aspectos ambientales y relacionados a la competencia por tierras con la producción de alimentos.

La jatrofa, cultivada en varios continentes, ha sido presentada a nivel mundial como una gran posibilidad de inversión, con cultivos que crecen aun en “tierras marginales” y que necesitan pocos insumos extra, y además como una solución al cambio climático (agrocombustibles).

Las investigaciones científicas muestran que las promesas de ganancia de la jatrofa son altamente exageradas, alerta la investigadora de Amigos de la Tierra Europa. Explica que hay estudios científicos que evidencian que la jatrofa no da ganancias en tierras marginales y que inclusive es muy difícil obtener réditos en tierras fértiles. Agrega que ese cultivo necesita cantidades significantes de agua, fertilizantes y pesticidas.

Varias empresas de renombre internacional se han retirado del negocio del cultivo de jatrofa porque han obtenido malos resultados económicos. El reporte de Amigos de la Tierra incluye algunos ejemplos. Resulta interesante el caso de la petrolera británica BP, que se bajó de su consorcio con la también británica D1 Oils para la elaboración de biodiesel a partir de jatrofa.

Para Pohl la promoción de este grano como un cultivo rentable se debe a que “es fácil de vender” porque las empresas de inversión insisten en que se planta en tierras marginales y que no desplaza alimentos. Esto fue rechazado por la investigadora, que habló de la constatación de que se planta jatrofa en suelos fértiles de varias regiones por ejemplo de África, y que entonces ese impulso sí compite por el acceso a tierras con el sector de la producción de alimentos.

Este punto, en un continente donde el hambre es moneda corriente, es uno de los más preocupantes. Pohl aseguró que en países como Mozambique, Ghana y Tanzania se han encontrado plantaciones de jatrofa en tierras fértiles. Lo mismo ha ocurrido en India, por ejemplo. En cualquier caso, sea en tierras fértiles o en las llamadas “marginales”, la producción de jatrofa para agrocombustibles compite por suelos con la de alimentos, asegura y se lamenta la autora del estudio de Amigos de la Tierra.

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