Los países en desarrollo reaccionaron furiosos por las tratativas que se realizan “por la espalda” y cuestionaron duramente la presidencia danesa de la COP, que en este marco debería actuar imparcialmente y tener en cuenta las posturas de todas las partes.

El ahora conocido como “documento danés” es en realidad un acuerdo secreto trabajado por un grupo de individuos llamado “el círculo de compromiso”, y que incluiría a negociadores de Reino Unido y Estados Unidos, además de Dinamarca. De secreto ya no le queda nada al borrador porque ahora circula por las listas de correos de los gobiernos en desarrollo pero también de los diversos movimientos y organizaciones sociales.

El documento sería incluido sobre el final de las negociaciones la semana que viene, “por la puerta de atrás”, para que fuese firmado por los gobiernos del mundo. La llegada de algunos presidentes y especialmente del de Estados Unidos, Barack Obama, sería utilizada como fórmula para acelerar la firma del borrador.

Esta información ya había sido brindada a Radio Mundo Real el lunes en la entrevista con el embajador de Bolivia ante ONU y uno de los jefes de la delegación de su país en estas negociaciones, Pablo Solón. Solón aseguró que los países no industrializados (reunidos en el grupo G77 más China) dejaron en claro en las negociaciones que no aceptarán un documento “trasnochado” y que los presidentes no son negociadores.

El borrador asegura al Banco Mundial el control efectivo de las finanzas contra el cambio climático, abandonaría el Protocolo de Kioto (que solo exige reducciones de emisiones obligatorias a los países ricos), y otorgaría fondos a los países en desarrollo dependiendo de que ellos se comprometieran con determinadas obligaciones.

Por su parte, el Ministerio de Clima y Energía del gobierno de Dinamarca dijo que las reacciones de los países en desarrollo se deben a la difícil atmósfera que predomina en las negociaciones y negó que haya una propuesta danesa para un acuerdo.

Según un análisis realizado por países no industrializados, el borrador los obliga a acordar reducciones de emisiones e intenta dividirlos creando una nueva categoría de los países en desarrollo llamada “los más vulnerables”. También debilita fuertemente el rol de la ONU en el manejo de las finanzas del clima y no permite a los países no industrializados emitir más de 1.44 toneladas de carbono por persona para 2050, al tiempo que permite a los Estados ricos emitir 2.67 toneladas por persona.

Amigos de la Tierra se manifiesta sobre el “documento danés”

“El borrador filtrado sobre un acuerdo en Copenhague viola los principios democráticos de las Naciones Unidas y amenaza las negociaciones de Copenhague”, consideró la ex presidenta de Amigos de la Tierra Internacional e integrante de Amigos de la Tierra Malasia, Meena Raman. “Discutiendo su texto en secreto en la ‘pieza de atrás’ con algunos pocos países selectos, los daneses están haciendo lo contrario de lo que el mundo espera que el país anfitrión de la COP haga”, agregó, citada en un comunicado de prensa de Amigos de la Tierra Internacional circulado ayer.

Raman, que desde hace muchísimos años sigue muy de cerca las negociaciones de la ONU sobre cambio climático, manifestó además que “el gobierno danés debe parar de conspirar con otras naciones ricas”. “En contrapartida, ese gobierno debe tomar como punto de inicio las posiciones de los países en desarrollo, que son los menos responsables por el cambio climático y los más afectados”.

La integrante de Amigos de la Tierra Malasia dijo además que “la única forma de alcanzar un acuerdo climático fuerte y justo es incluyendo a todos los países, apegándose a los principios de la Convención de Clima de la ONU. El ‘acuerdo danés’ de los países ricos debe deshacerse y el proceso de la ONU debe reencaminarse aquí en Copenhague”.

Amigos de la Tierra Internacional demanda en su comunicado que las naciones desarrolladas (reunidas en el grupo del Protocolo de Kioto llamado Anexo 1) deben recortar sus emisiones de gases de efecto invernadero al menos 40 por ciento para 2020, con respecto a los valores emitidos en 1990. Agrega que esas reducciones deben hacerse localmente sin mecanismos de compensación de carbono. “La compensación, incluyendo a los Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL), es una falsa solución y debe ser rechazada”, dice el documento.

La federación ambientalista asegura que los países ricos tienen una deuda climática con los Estados en desarrollo, que es el resultado de décadas de contaminación. “Esta deuda debe ser reconocida y pagada, por ejemplo a través de reducciones masivas de emisiones y de la provisión de fondos públicos suficientes (democráticamente, a través de la ONU) para combatir el cambio climático”.

Amigos de la Tierra reclama también que el Banco Mundial y sus fondos para el clima deben ser rechazados porque están establecidos para incrementar la deuda externa de los países en desarrollo y promover la energía sucia.

Finalmente denuncia que las corporaciones transnacionales buscan evitar un acuerdo climático justo para asegurarse sus beneficios económicos con los costos ambientales y sociales que sean necesarios.

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