Tróchez, que había denunciado públicamente los abusos del régimen de facto que conduce Roberto Micheletti, recibió dos disparos en el centro de Tegucigalpa. Días antes de que se produjera su muerte, había sido golpeado severamente por agentes de la dictadura, mientras lo interrogaban clandestinamente para extraer información sobre los líderes de la resistencia pacífica.

Recientemente, el activista había publicado un artículo en el que exponía al régimen de facto por sus violaciones a los derechos humanos. Titulado “Incremento de los crímenes de odio y homofobia hacia la Comunidad LGTTB a raíz del golpe de Estado cívico- religioso-militar en Honduras”, el artículo hablaba sobre cómo lo que sucede actualmente en ese país representa un retroceso de los procesos más inclusivos que se venían dando en América Latina en los últimos años.

“Es de destacar el explícito apoyo de la cúpula religiosa de Honduras al golpe cívico militar que el 28 de junio de 2009 impidió la realización de un plebiscito organizado por el gobierno legítimo constitucional y colocó en el Poder Ejecutivo al Dictador Roberto Micheletti”, señala el artículo del activista, que también indica que desde que ocurrió el golpe de Estado se incrementaron los crímenes de odio fundamentados en concepciones homófobas, promovidos por la cúpula religiosa hondureña en complicidad con los grupos opresores.

“Reiteramos que NO es ACEPTABLE que en estos últimos 4 meses, durante un tan corto periodo, hayan muerto de forma violenta cruel e inhumana 9 compañeras trans y compañeros gay, 6 de ellas/os en el sector de San Pedro Sula y 3 en la ciudad de Tegucigalpa”, señalaba el activista en su artículo, haciéndose eco de varios comunicados de la comunidad gay, lésbica, trans y bisexual.

“Como revolucionario, estaré hoy, mañana y siempre en las primeras filas de mi pueblo, aún estando consciente que se nos podrá ir la vida”, terminaba por afirmar el joven activista en su artículo.