En un momento, llegaron hasta la casa Javier y Arturo Juárez, matones contratados por el empresario sojero José Ciccioli, oriundo de Santa Fe. Sin mediar palabras, dispararon a sangre fría y pocas horas después Cristian estaba muerto.

Los otros dos dirigentes campesinos resultaron heridos y golpeados pero ahora se están recuperando, en un hospital de la capital santiagueña.

Los campesinos del paraje San Antonio están literalmente sitiados por el incesante avance de topadoras, sojeros, políticos y parapoliciales. Son 25 familias que viven en 2.000 hectáreas y que ya han sufrido varios ataques como éste, según relató a Radio Mundo Real el dirigente Diego Montón, del Mocase.

Diego comentó que se han denunciado detenciones ilegales y la destrucción de una FM comunitaria, entre otros hechos vinculados, que siguen impunes por la evidente complicidad de la justicia con los grandes latifundistas de la región.

El Mocase ha denunciado en varias oportunidades el esquema de corrupción que involucra al modelo del agronegocio, los jueces (muchos de ellos en funciones desde la última dictadura) y la clase política local. Los campesinos reclaman que el gobierno nacional tenga un mayor involucramiento al momento de condenar a los responsables de estos crímenes.