Hoy se conocerán en una rueda de prensa las apreciaciones que esa delegación -compuesta por el subsecretario de Estado para América Latina, Thomas Shannon, el secretario adjunto del Departamento de Estado, Craig Kelly, y el asesor de la Casa Blanca para América Latina, Dan Restrepo- tuvo en su visita a Honduras.

La agencia ANSA informó que Shannon había advertido que existirían consecuencias económicas y diplomáticas para Honduras si no se producía un acuerdo político antes de que se celebren las elecciones nacionales, previstas para fines de noviembre.

Por su parte, el presidente Zelaya ratificó que la delegación estadounidense le había expresado esta opinión, en declaraciones al local Canal 36. Agregó que si se realizaban los comicios bajo la dictadura imperante, no se lograría acabar con la crisis, y señaló que esas elecciones serían un fraude.

Mientras se realizaban las reuniones con los funcionarios estadounidenses en Honduras, en Estados Unidos un grupo de empresarios de ese país se entrevistaba con legisladores republicanos para presionar al gobierno del demócrata Barack Obama, exigiéndole al Departamento de Estado que suspenda su advertencia sobre los viajes a Honduras.

Los empresarios estuvieron apoyados por los legisladores conservadores, liderados por los representantes anticastristas de origen cubano Lincoln Díaz Balart e Ileana Ros-Lehtinen. Tanto empresarios como republicanos estuvieron de acuerdo en respaldar a la dictadura que conduce Roberto Micheletti.

"Es inconcebible que la administración del presidente Obama continúe rehusando reconocer el derecho a la autodeterminación del pueblo hondureño en las próximas elecciones presidenciales de noviembre, pues no estamos hablando de Siria u otro país terrorista, sino de un país latinoamericano, aliado y democrático", declaró a la agencia Associated Press Ros-Lehtinen.

Por su parte, su colega Díaz Balart dijo que estaba “muy impresionado y orgulloso de (las) instituciones (hondureñas), de la resistencia de la gente a la presión de Estados Unidos y la comunidad internacional".

La comunidad internacional ha sido contundente en su rechazo al golpe de Estado hondureño, que ha sido condenado fuertemente por las organizaciones sociales locales, que pese a la represión del régimen se han movilizado para exigir el restablecimiento de la democracia.

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