Fue en la austral región chilena de Quellón, una localidad que está sufriendo niveles de desempleo muy altos, y los manifestantes apuntaron sus dardos a la actitud omisa de los organismos públicos responsables de fiscalizar a las empresas salmoneras.

El viernes, autoridades ministeriales recibieron a una delegación de los manifestantes y se comprometieron a diseñar planes de empleo, otorgar créditos blandos y a una mayor fiscalización a los buques. A pesar de que nada garantiza que esas promesas finalmente se cumplan, el planteo organizado de los reclamos rindió sus primeros frutos.

Durante las movilizaciones, los habitantes de Quellón habían planteado la advertencia de que si la situación continuaba y las salmoneras seguían depositando aguas contaminadas con marea roja, los 33 000 pobladores de la ciudad se quedarán sin empleo, ya que la dependencia con la extracción de productos del mar es absoluta, según informa el sitio de noticias Ecoceanos News, que le ha dado amplia cobertura a esta problemática.

La protesta callejera de la semana pasada fue reprimida por la policía antimotines, aunque la presencia de unas mil personas permitió mantener el bloqueo de las rutas.

De acuerdo a las organizaciones locales, el traslado de peces vivos desde la región de Aysén hacia Chiloé ha provocado la presencia de marea roja en la zona, y es por eso que acusan a las autoridades gubernamentales y a las empresas, en su mayoría pertenecientes a capitales europeos, de “bioterrorismo”.

A esta complicación hay que agregarle la propagación del virus ISA en muchos centros de cultivo de salmón, principalmente con efectos sobre la salud de los trabajadores, y los despidos masivos de las empresas de ese sector que antes estaban instaladas en Quellón.

Un artículo del diario local Crónica Libre estima que hay unas 10 mil personas cesantes en esta zona del país debido al cierre de las salmoneras, que argumentan el retiro de sus inversiones a partir de las consecuencias de la crisis financiera internacional.

A pesar de que al momento de los controles la ausencia del Estado resulta más que beneficiosa para las salmoneras, sí es necesario recurrir a él cuando los números no son tan auspiciosos. La patronal SalmónChile, que nuclea a las principales firmas del ramo, estuvo negociando con el Ministerio de Economía, la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras un millonario plan de salvataje para, supuestamente, mitigar los impactos de la crisis.