En la página del emblemático movimiento social brasileño aparecen declaraciones de Nilo da Silva, de la Coordinación Estadual del MST, en la que explica las principales características de estas ocupaciones, que han sido severamente cuestionadas por los grandes medios de prensa.

Da Silva explicó que estas familias están viviendo en ciudades cercanas a estos latifundios: “La mayoría de ellos están desempleados desde hace mucho tiempo, pasando muchas necesidades”, argumentó el dirigente del MST.

Las ocupaciones se concretaron en la madrugada del martes 14 de junio y por estas horas permanecen en el lugar, donde se han improvisado campamentos. Están a la espera del inicio de una negociación con el Instituto de Colonización y Reforma Agraria (Incra).

El MST divulgó una nota ayer para fundamentar desde el punto de vista político cuáles son las razones de este tipo de medidas: “Quien produce alimentos en este país es la agricultura familiar que, aún sin los incentivos necesarios, produce 75% de los alimentos que consumimos en Brasil”.

En abril de este año, y en el marco de las jornadas por el Día Internacional de la Lucha Campesina, los sin tierra de Mato Grosso ya habían adelantado que tomarían resoluciones drásticas si las autoridades no avanzaban en la concesión de tierras para la reforma agraria.

La lucha por la tierra en Brasil enfrenta generalmente una dura réplica por parte de los grandes propietarios. Esta semana, la Comisión Pastoral de la Tierra informó sobre otro asesinato de un trabajador rural en el estado de Pará, que presenta los peores datos de Brasil en materia de persecución de dirigentes.

El dirigente Obede Loyla Souza, de 31 años, fue ejecutado el 9 de junio de un tiro en la espalda, y su muerte se suma a una larga lista de víctimas en territorio paraense.

Foto: http://www.flickr.com/photos/we_float/