Tanto la semana anterior como el día antes del homicidio lo vieron poniendo pegamento en las cerraduras de las puertas de la clínica. El director de la clínica, que se hace llamar “Jeff Pederson” para proteger su identidad, me dijo que llamó al FBI y a la policía local en ambas oportunidades, pero el vándalo, el supuesto asesino Scott Roeder, no fue arrestado. Pederson tenía el nombre de pila de Roeder y el número de la matrícula de su auto. Tenía imágenes suyas en la cámara de seguridad de la clínica. Lo reconoció de protestas anteriores.

Pederson dijo: “Una empleada vino a cortar el césped de nuestro jardín. Intentó ingresar al edificio para hacer otras cosas y se dio cuenta que no podía ingresar por la puerta principal, ni por la puerta trasera. Era lunes 25 de mayo, el Día de los Caídos. Y llamé al FBI en esa oportunidad, y también hice la denuncia a la policía local. Y el jueves de mañana, en un momento estaba por el minuto quince de la filmación [de la cámara de seguridad] cuando finalmente lo vi atacando el edificio a las 9.47 del sábado 23.

AMY GOODMAN: ¿Le dijo al agente del FBI, Mark Colburn, que sabía quién era? ¿Y él sabía de quién se trataba?

JEFFREY PEDERSON: Sí, porque había hecho lo mismo en 2000, dos fines de semana seguidos.

AMY GOODMAN: ¿Y qué hizo el FBI en 2000, cuando Scott puso pegamento en las cerraduras?

JEFFREY PEDERSON: Había dicho en el momento que las fotos estaban borrosas, que probablemente no sería posible lograr que fuera condenado por eso, pero que hablaría con él. Y luego de una breve charla, no vimos a Scott por alrededor de seis años.”

El sábado 30 de mayo, el gerente de la clínica dijo que “Scott” volvió a atacar: “El sábado, cambié el equipo de video por uno mejor para obtener mejores imágenes. Y luego, once horas más tarde, Scott estaba vigilando a uno de mis empleados cuando regresaba de la tienda. La empleada ingresó a – había visto el auto, pero no pensó que fuera nada, ingresó al edificio y trancó la puerta. Era la única persona que estaba allí en ese momento. Pero a través de la ventana, vio a Scott salir de su vehículo, dirigirse al edificio, y parecía que iba hacia la puerta trasera. Entonces ella atravesó el edificio para llegar a la puerta trasera, y llegó allí cuando él estaba comenzando a poner pegamento en la puerta otra vez. Él la vio y salió corriendo. Ella lo siguió hasta su auto y comenzó a hablarle. Él intentó pararse delante de la matrícula del auto, pero ella retuvo el número, 225 BAB. Cuando regresó corriendo a la clínica, él le gritó: ’¡Asesina de bebés!”.

Pederson llamó a su contacto en el FBI, para denunciar el segundo acto de vandalismo e informarle que tenía una mejor filmación. Pederson dijo que Colburn le respondió: “Está seguro que no va a poder hacer nada porque van a necesitar al Gran Jurado, y luego obtener una orden para proceder”. Al día siguiente, Tiller fue asesinado, presuntamente por Roeder.

Llamé al FBI de Kansas City y me puse en contacto con Colburn. De inmediató me pasó con la portavoz del FBI, Bridget Patton. Le pregunté sobre los incidentes en la clínica y por qué el sospechoso no había sido arrestado ninguna de las veces.

BRIDGET PATTON: “Amy, no estoy seguro de cuando llegaron las notificaciones. Pero cuando ocurre un acto de vandalismo en una clínica de abortos, somos notificados del vandalismo y respondemos como corresponde.

AMY GOODMAN: ¿Y fueron notificados más de una vez en dos incidentes independientes?

BRIDGET PATTON: Sinceramente, Amy, no tengo la respuesta a eso”.

La práctica médica de Tiller, que incluía la realización de abortos a mujeres en estado avanzado de embarazo, provocó ira, protestas y ataques durante las varias décadas en que ejerció su profesión. Su clínica sufrió un atentado con bomba a mediados de la década del 80. Sobrevivió a un intento de homicidio en 1993, cuando fue herido de bala en ambos brazos. Bill O’Reilly del canal Fox News lo demonizó con el apodo de ’Tiller, el asesino de bebés’.

BILL O’REILLY dijo: “Deberían estar muy molestos con lo que continúa sucediendo en Kansas. Este hombre, el Dr. George Tiller, conocido como “Tiller el Asesino de Bebés”, está realizando abortos a embarazadas en estado avanzado sin definir las razones médicas específicas. Seamos más directos: Tiller está ejecutando fetos en su clínica de Wichita por 5.000 dólares. Y los registros muestran que lo hace por razones médicas poco precisas. Es decir, que mata al feto, que es viable fuera del vientre, si la madre quiere que muera”.

El Doctor Tiller fue blanco de un procesamiento político por parte de un ex Fiscal General de Kansas, Phill Kline, y fue absuelto hace apenas unos meses de una acusación de delito menor por haber violado las normas del estado sobre la realización de abortos.

Scott Roeder fue arrestado el domingo, poco después del asesinato, cuando iba en su Ford Taurus. El martes, fue acusado de homicidio en primer grado.

Le pregunté a Pederson si creía que el asesinato de Tiller podría haberse evitado si las autoridades, simplemente, hubieran arrestado a Roeder luego de que cometió vandalismo contra la clínica de Kansas City. Pederson hizo una pausa y dijo: “ No lo sé – no tenía la información para relacionar todo”, dijo.

Pero la Dra. Susan Robinson fue terminante. Robinson viaja a Wichita todos los meses para realizar abortos en la clínica de Tiller. Me dijo: “Entre la gente que se encarga de la seguridad de una clínica, en general se considera como verdad que si la aplicación de las leyes locales que persiguen a quienes violan la ley no es demasiado entusiasta, ni enérgica, ni cuidadosa, esas personas se vuelven cada vez más agresivas y cada vez más – se pasan del límite. Y estoy escuchando lo que el Sr. Pederson dijo y pienso para mí, esta es una clara violación de la ley FACE. Este tipo violó la ley federal en repetidas oportunidades, incluso lo sorprendieron violando la ley federal el día antes de que el Dr. Tiller fue asesinado. Y esto no debería ser pasado por alto”.

Sobre los problemas que la Clínica del Dr. Tiller afrontaba cotidianamente en relación con los opositores al aborto, la Dra. Robinson me dijo: “Bueno, en la ciudad de Wichita, es ilegal colocar anuncios en edificios públicos, como un cartel de venta de garage, si lo colocas, te multarán. Entonces, estos manifestantes contra el aborto, venían todas las mañanas. Tenían sus pequeños agujeros en el césped [para colocar las cruces], en el descanso entre la vereda y la calle, que es propiedad de la ciudad. Y no sé cuántos, más de cien, 150 más o menos, supongo, y estos pequeños receptáculos donde ponían las cruces. Y entonces, cuando los pacientes llegaban a la clínica, se enfrentaban a este bosque de cruces. Todas estas cosas son ilegales, y sin embargo no los detenían. Dijeron que las cruces no son carteles; son símbolos religiosas. Bueno, creo que son símbolos religiosos al igual que una cruz prendida fuego en el césped de una persona negra es un símbolo religioso. Quiero decir, no estaban siendo utilizados como símbolos religiosos.

AMY GOODMAN: ¿El Dr. Tiller acudió a las autoridades?

Dra. Robinson: Sí. Y le pregunté sobre esto, y me dijo que tenía una reunión con el fiscal de la ciudad. No dijo cuándo era, y tampoco dijo quién era. Pero dijo que (ellos) le dijeron, preferimos que nos demande George Tiller a que nos demanden los que se oponen al aborto’”.

La ley de Libertad de Acceso a Entradas de Clínicas, de 1994 (FACE, por sus siglas en inglés) tipifica como delito impedir el acceso o dañar las instalaciones de un servicio de salud reproductiva.

Hacer cumplir esta ley salva vidas. George Tiller será sepultado el sábado.

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