A esa cifra hay que agregarle dos millones de hectáreas que el gobierno declaró como zonas mineras estratégicas en diversas partes de Colombia, más otros 17 millones también para minería en la Amazonia.

“Si sumas todo eso ves que quieren dejarle el 50 por ciento del país únicamente a la actividad minera. Si agregas petróleo, represas, agrocombustibles, estamos diciendo que no vamos a tener un país para vivir”, dijo a Radio Mundo Real la activista Tatiana Rodríguez, de CENSAT Agua Viva – Amigos de la Tierra Colombia, luego de manejar las cifras sobre la minería en su país. “Esto no está jalonando el desarrollo ni el bienestar, sino aplastando nuestras autonomías, nuestro derecho a decidir sobre el territorio, a proteger y priorizar las aguas”, agregó.

El presidente colombiano Juan Manuel Santos afirmó en su campaña electoral y al comienzo de su gestión que tenía “cinco locomotoras de desarrollo” para el país, y la principal era la minero-energética. “Este supuesto proyecto de país es una entrega a compañías transnacionales del territorio nacional”, consideró Rodríguez. En Colombia, uno de los países con mayor biodiversidad del mundo, el proyecto de Santos es “una apuesta radical, una reconfiguración territorial definitiva, y por eso estamos alarmados”. La ecologista habló de la “aplanadora minero energética” del mandatario colombiano.

El 1º de agosto se realizó en Colombia la primer “Jornada Nacional de Movilización: Defendamos la vida, frenemos la locomotora minero-energética”, con diversas actividades en unas 15 ciudades del país. La jornada fue impulsada por la Red Colombiana Frente a la Gran Minería Transnacional (RECLAME), donde confluyen organizaciones no gubernamentales, de indígenas, afrocolombianos, estudiantes, trabajadores (inclusive de la minería), sindicatos, entre otros. Tuvo el fuerte apoyo de la Central Unitaria de Trabajadores, la Unión Sindical Obrera (sindicato de los trabajadores del petróleo) y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria del Carbón.

El objetivo de este día de movilizaciones fue apoyar las protestas que desde hace al menos dos años se suceden de forma intensa en diversas partes de Colombia contra la locomotora minero energética, contó a Radio Mundo Real Rodríguez. Hay grupos de personas, organizaciones, comunidades que luchan contra esa “aplanadora” para defender sus territorios, el agua, sus formas de vida y de trabajo.

La idea de esta primer Jornada Nacional de Movilización era sumar todas las luchas en un solo día, con autonomía de cada grupo organizador para decidir qué hacer. Hubo marchas, foros, proyección de películas, entre otras actividades, en ciudades como la capital, Bogotá, Medellín (departamento de Antioquia), Riohacha (La Guajira), por nombrar sólo algunas.

Según lo relatado por Rodríguez, actualmente en Colombia hay conflictos socioambientales en varias zonas ya desde la etapa de exploración minera. Si bien no hay grandes proyectos de extracción de metales en el país, los emprendimientos de extracción de carbón en el norte, en la costa caribe, preocupan mucho. El resto son proyectos de mediana escala, como los que persiguen el oro colombiano.

Como pasa en varias partes de América Latina, los emprendimientos en marcha y más grandes están en manos de grandes corporaciones transnacionales, como la anglo sudafricana Anglo Gold Ashanti, la anglo australiana BHP Billiton y la anglo suiza Xstrata. No hay minería de gran escala nacional, aunque sí artesanal, mediana y pequeña.

De acuerdo a Rodríguez, la lucha por el agua es el centro y el punto en común de todos quienes resisten a la minería en su país. Pero es también una lucha por el suelo, por el territorio, por la autonomía. “No hay la posibilidad de que la gente determine el uso de su territorio. Le están imponiendo una actividad y cambiando sus vocaciones. Incluso los pequeños y medianos mineros se están sintiendo desplazados, porque saben que no tienen lugar” en esa gran minería transnacional, resumió Rodríguez.

Foto: http://censat.org