Entre los grupos participantes estuvo el Comité Ambiental de Cabañas, cuyo vocero, Ludwin Iraheta, hizo referencia a la importancia de que las propias comunidades afectadas impulsen iniciativas desde los territorios para mitigar los efectos del cambio climático.

“Una herramienta es la diversificación, que las comunidades tengan diferentes cultivos más allá del maíz y del frijol, porque ha sucedido que toda una cosecha se arruina por tanta lluvia, y ya no queda nada”, graficó.

El dirigente del departamento de Cabañas manifestó que los problemas que han tenido en los últimos años se repiten en otros lugares del mundo también dedicados a la agricultura, y por eso advirtió que no es descabellado pensar en una “hambruna mundial” si estos fenómenos no se enfrentan de manera adecuada.

Otra propuesta que se ha venido discutiendo en el marco del Movimiento de Víctimas, de Afectados y Afectadas por el Cambio Climático (MOVIAC) es que las comunidades locales fortalezcan los “mercados solidarios”, como ámbitos sustentables de intercambio de producción.

Además de esto, el Comité Ambiental de Cabañas trabaja fuertemente en “llevar información” a los pueblos más alejados del campo salvadoreño, donde ya se ven los efectos de estos fenómenos climatológicos.

“Es un tema complejo, y hay que hablar con el mismo idioma que usan las comunidades, llevar información y capacitarse”, agregó Iraheta.

Por otra parte, tras la actividad organizada por CESTA - Amigos de la Tierra se acordó realizar una visita con miembros de la Asamblea Legislativa, a la comunidad La Tirana, en la Bahía de Jiquilisco, en el departamento de Usulután, para mostrar los impactos del cambio climático en los manglares de la zona, una situación que Iraheta mencionó en sus declaraciones a la prensa.

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