Los participantes, provenientes de distintos sectores -como movimientos que se oponen a la minería, o a las represas, u organizaciones como la Vía Campesina, Oilwatch y Amigos de la Tierra- estuvieron debatiendo sobre las amenazas que implica el fenómeno del cambio climático para las poblaciones más vulnerables de la región, y las formas de enfrentar sus futuros impactos.

Pero fundamentalmente, el encuentro estuvo abocado a fortalecer el movimiento, y precisamente buena parte de los debates estuvieron centrados en la conformación de “las alianzas de tipo estratégico”, uno de los principales objetivos del evento, según Acosta.

Otro de los resultados positivos fue la motivación que el encuentro generó entre quienes participaron, y principalmente en los habitantes locales del Bajo Lempa, quienes pusieron mucho empeño en la realización del evento, y quedaron finalmente muy satisfechos con cómo se desarrolló.

Por otra parte, las propuestas que surgieron fueron de carácter estratégico, planteándose tanto en el largo como en el corto plazo; en este caso, estrechamente vinculadas a acciones y movilizaciones que apuntan a incidir en la posición que tomen los gobiernos en la próxima 15ª Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático, que se realizará en la capital danesa, Copenhague, en diciembre de este año.

Esta instancia de negociación acerca del cambio climático es decisiva, entre otras razones porque allí se decidirá si surge o no un nuevo acuerdo, que sustituya el Protocolo de Kyoto, y que podría llegar a traer como nuevo y grave riesgo el hecho de que las naciones en desarrollo asuman compromisos vinculantes para detener el cambio climático, que vayan en detrimento de las demandas de las comunidades.