“ATI plantea muy enfáticamente que ya es hora de superar este tipo de mecanismos voluntarios y de pasar a los instrumentos vinculantes. Hay una necesidad urgente del tratado legal que regule sobre transnacionales y derechos humanos”, dijo Nansen a Radio Mundo Real. Por eso la federación ambientalista se prepara ya para realizar aportes concretos de contenido para el nuevo tratado, anunció la presidenta, que empieza a ser negociado en octubre también en el seno de la ONU.

La ambientalista lideró en Ginebra, Suiza, la semana pasada, una delegación de ATI que siguió de cerca la trigésimo quinta sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU y participó en las actividades paralelas organizadas por movimientos y organizaciones sociales parte de la Campaña Global para Desmantelar el Poder Corporativo y Poner Fin a la Impunidad. El objetivo de esa presencia en Ginebra fue justamente seguir trabajando en pro del tratado vinculante que obligue a las empresas transnacionales a respetar los derechos humanos.

Será en octubre que el Grupo de Trabajo del Consejo de Derechos Humanos de la ONU que analiza la creación del nuevo instrumento legal empiece a negociar en base a un texto concreto. Nansen anunció a Radio Mundo Real que ATI, junto a las organizaciones de la Campaña Global para Desmantelar el Poder Corpotativo y Poner Fin a la Impunidad, va a estar formulando propuestas de elementos constitutivos para el tratado. Consideró en ese sentido que una de las fortalezas de ATI es que tiene los conocimientos y experiencias de las comunidades que en las bases sufren los atropellos de las corporaciones transnacionales, pero también el aporte de los expertos que, con una mirada desde los pueblos, entienden sobre los aspectos legales a tener en cuenta.

La ambientalista alertó que “las violaciones de derechos humanos se están recrudeciendo y la persecución de quienes defienden sus territorios y los derechos de los pueblos es cada vez más atroz”. “Estamos realmente alarmados”, señaló.

La presidenta de ATI realizó una evaluación de la semana de trabajo en Ginebra y de las actividades paralelas en las que, por ejemplo, representantes de comunidades y de movimientos sociales de varios países continuaron ratificando que los principios rectores voluntarios no han servido para frenar las violaciones de derechos humanos por parte de empresas. Nansen cuestionó duramente, por ejemplo, el rol de la empresa del agua israelí en Palestina, Mekorot, que sigue violando el derecho humano al agua del pueblo palestino, porque le prohíbe el acceso a ese bien común. La ambientalista dijo que ATI se solidariza con el pueblo de Palestina y que la comunidad internacional no puede permitir que se sigan violando los derechos humanos allí.

Las comunidades no tienen ningún instrumento de orden mundial en el cual ampararse para reclamar justicia por las atrocidades de las corporaciones transnacionales, señaló Nansen. “Y esto es realmente gravísimo, porque lo que ocurre es que la impunidad está garantizada para estas empresas”. “Es un momento histórico para dar respuesta a las comunidades con el tratado legal”, sentenció la presidenta de ATI.