Además de estar desde el comienzo en la Red, Alicia y Ricardo tienen más coincidencias: los dos tienen 61 años y viven en áreas rurales del departamento de Canelones, que está ubicado próximo a la capital del país. Sus familias eran productoras y los dos acumulaban las vivencias de su hogar, donde se conservaban las semillas de un año para otro, para reproducirlas y mantener las variedades básicas de su alimentación.

“Preservar las semillas es como ser custodio del futuro”, sintetiza Ricardo. Y agrega: “la forma de producir orgánica rescata lo que se hacía antaño. Toda la vida en la granja de cualquier productor se tenían las semillas, no se gastaba en eso, no era necesario estar todo el tiempo comprando semillas e insumos carísimos”.

La Red nació como una forma de continuar esa práctica, pero también con la intención de mejorarla. Alicia agrega que, al crearla, los productores buscaron tener asesoramiento técnico para conocer cómo elegir las semillas, cómo guardarlas para mantenerlas en buen estado y cómo renovarlas.

La comparación con otros tiempos es inevitable. Ricardo cuenta que, a diferencia de antes, el productor no planta todos los rubros básicos de su alimentación, sino que la tendencia es a la especialización. Él, por ejemplo, lo sigue haciendo, y en el mismo lugar tiene cebolla, boniato, papa, rúcula, acelga. “Lo que produzco lo vendo todo”, cuenta con orgullo, y precisa que “es una especie de ser autónomo, eso nos da una especie de soberanía”.

Alicia expresó satisfacción por la cantidad de productores jóvenes que están participando del encuentro y que se le dé continuidad a lo que ellos iniciaron. Dan cuenta de que cada vez vive menos jóvenes en el campo y que muchos de ellos no trabajan en tareas vinculadas a la tierra. “No hay políticas que incentiven al joven a quedarse en el medio”, lamenta Alicia. Ricardo agrega que no alcanza con políticas específicas para que se queden, porque el costo de producir es altísimo -el precio del gasoil, por ejemplo- y que, como está, es muy complicado que un joven decida quedarse.

Saludaron que la Red está cumpliendo con la función de mejorar las semillas, y pusieron el caso del maíz criollo. “Sólo lo puede manejar una red de semillas porque el productor aislado, ella en Tala, yo en Santa Rosa, otro productor por otro lado, no tenemos posibilidades de estar unidos ni de hacer algo que sea de beneficio común”, reflexionó Ricardo. “La Red es el instrumento que tenemos”, concluyeron, y remarcaron el compromiso de seguir alimentándola.