El informe se titula “Tomar el toro por los cuernos: Reducir la producción industrial de carne y lácteos puede frenar su impacto negativo en el clima”. Grain señala que si bien las compañías del área de la energía son los objetivos más frecuentes del activismo climático, las grandes corporaciones productoras de alimentos (en especial del sector de la carne y los lácteos) contribuyen en una enorme medida a la crisis climática global.

En un comunicado de prensa del 9 de febrero, la pequeña organización destaca que de acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), sólo la producción de carne genera más emisiones de gases de efecto invernadero (que provocan el cambio climático) que todo el transporte mundial en conjunto, uno de los sectores más contaminantes.

Grain trabaja en apoyo a campesinos y movimientos sociales en sus luchas por lograr sistemas alimentarios basados en la biodiversidad y controlados comunitariamente. Su informe señala la importancia de políticas que reduzcan el consumo de carnes y lácteos, pero subraya más que nada la necesidad de desmantelar las estructuras que promueven la expansión de su producción industrial a cargo de grandes corporaciones transnacionales.

En contrapartida, agrega Grain, en la mayor parte del Sur Global el ganado es criado principalmente por campesinos y pequeños productores, que practican una agricultura mixta de baja emisión, con el pastoreo de animales en áreas que no les sirven para el cultivo.

Radio Mundo Real entrevistó a un investigador de Grain, el argentino Carlos Vicente, para conocer más sobre el nuevo estudio, especialmente su marco político, motivaciones y resultados. Aprovechamos además para realizarle una breve consulta sobre su percepción de la catarata de medidas de corte neoliberal del presidente de su país, el derechista Mauricio Macri.

Por más información: https://www.grain.org/article/entries/5648-tomar-el-toro-por-los-cuernos-reducir-la-produccion-industrial-de-carne-y-lacteos-puede-frenar-su-impacto-negativo-en-el-clima