Radio Mundo Real se hizo presente en la actividad y a través de su corresponsal Danilo Urrea dialógó con Silvia Ribeiro, investigadora uruguaya integrante del Grupo ETC, y una de las articuladoras y dinamizadoras de la Red de Evaluación Social de las Tecnologías.

“Desde hace mucho tiempo venimos siguiendo qué significan las nuevas tecnologías en manos de las corporaciones y qué impactos tienen sobre campesinos, indígenas y todos los que estamos en las bases de las sociedades. […] Nos damos cuenta de que cada vez más hay nuevas tecnologías que exceden completamente la comprensión de la mayor parte de la gente común, incluso algunas tecnologías son muy poderosas y estamos en contacto todo el tiempo con ellas, como por ejemplo la nanotecnología, y ni siquiera se conocen bien”, señaló Ribeiro al ser indagada por algunas de las razones de la construcción de la Red. “Lo que queremos hacer con esta Red, por un lado, es crear una capacidad de sinergizar perspectivas y conocimientos entre, por ejemplo, académicos, científicos críticos, movimientos sociales, organizaciones incluso locales, y para eso queremos hacer una red que funcione un poco como una plataforma, en donde haya una coordinación de América Latina y que en cada lugar se puedan desarrollar actividades más locales”, agregó.

¿Por qué una Red para evaluación de tecnologías?

En la convergencia de crisis globales, en donde la ambiental se manifiesta de diversas maneras -crisis climática, del agua, de la salud, etcétera- suele señalarse que una nueva tecnología va a solucionar cualquiera de los problemas venideros.

Frente a la aparición y manipulación constante de las nuevas tecnologías y los riesgos que pueden entrañar, Ribeiro señaló que “por ejemplo, en la alimentación y en la agricultura ya teníamos los transgénicos pero nos dicen que para la crisis alimentaria necesitamos más, y además ahora también hablan de biología sintética, que es una forma de generar transgénicos pero con genes sintéticos. […] Hay una convergencia entre todas las nuevas tecnologías (robótica, geoingeniería, nanotecnología, biotecnología, informática, neurociencias, aeronáutica) que terminan en lo que ahora se llama la cuarta revolución industrial, basados en que prácticamente en todos los aspectos de la sociedad hay algún tipo de tecnología que se puede aplicar a los problemas de la vida cotidiana”. “Creemos que ya no alcanza con ver cada tecnología separada, queremos crear una capacidad desde los movimientos y las organizaciones para ver el horizonte tecnológico y cómo enfrentar eso que viene”, agregó la investigadora, refiriéndose a los objetivos del trabajo de la articulación reunida en esta oportunidad en México.

La Red ha invitado a organizaciones de científicos críticos, como la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad, de México (UCCS) y la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad y la Naturaleza de América Latina. En estas agrupaciones se reúnen especialistas que han evaluado desde dentro de su quehacer académico las formas en que se usa la ciencia y la tecnología. La construcción articulada ha sumado también las miradas que existen desde los movimientos sociales y la amplitud de conocimientos y saberes necesarios para enfrentar los problemas de la vida contemporánea. “Queremos no solamente hablar de las amenazas sino también mostrar y de alguna manera realzar y hacer conexiones que sirvan para que diferentes experiencias locales y de uso de tecnologías puedan fortalecerse unas a otras, a través del conocimiento de que estas tecnologías existen”, explicó Ribeiro. “Hay muchas soluciones que desde la gente se conocen y que están siendo negadas, avasalladas por despojo de territorios y por la imposición de nuevas tecnologías. Entonces nosotros esperamos que con esta visión de conjunto, con esta plataforma en donde puedan converger los conocimientos, la lucha y las experiencias de movimientos, organizaciones y académicos críticos podamos construir ese mapa que nos permita estar en mejores condiciones para enfrentar las amenazas tecnológicas y para defender nuestras propias alternativas”, concluyó.