Así se refirió el dirigente Joaquín Piñero, de la dirección nacional del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra de Brasil (MST), a la situación política de su país post golpe de Estado y entrada al gobierno de Michel Temer, y a la razones que explican los ataques que el movimiento sufrió el 4 de noviembre en tres estados.

“Es importante contextualizar. En Brasil estamos viviendo un régimen de golpe, hay un gobierno golpista. Y ese gobierno se instaló acá porque necesitan introducir un plan neoliberal”, dijo Piñero para la edición 53 del programa Voz Campesina de Radio Mundo Real y la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC – Vía Campesina).

“Regresamos al tiempo del gobierno Cardoso (Fernando Henrique, 1995 a 2002)”. El proyecto neoliberal “significa disminuir todos los derechos de los trabajadores, sacar todo lo que habíamos conquistado en lo social”, agregó Piñero en audio que ofrecemos como adelanto de lo que será el nuevo Voz Campesina, que emitiremos en breve. “Nosotros y nosotras, todos los movimientos populares de Brasil, estamos sintiendo todo el proceso de persecución”, alertó.

El 4 de noviembre el MST fue víctima de una violenta operativa policial denominada “Castra” en tres estados del país: Paraná, São Paulo y Mato Grosso do Sul. Las acciones tuvieron como principal objetivo apresar y criminalizar a los líderes de los campamentos del movimiento “Don Tomás Balduino” y “Herederos de la Lucha por la Tierra”, en la región central de Paraná. Sobresalieron la detención de varios dirigentes en Paraná y el ataque a la escuela de formación política del MST cercana a la ciudad de São Paulo, en la localidad de Guararema, llamada “Escuela Nacional Florestan Fernandes”.

Según el MST, desde mayo de 2014 aproximadamente 3000 familias del movimiento acampan en áreas previamente invadidas por la empresa maderera Araupel en la zona central de Paraná. Esas tierras fueron ocupadas ilegalmente por la compañía y, de acuerdo al dictamen del Tribunal Federal de Tierras Públicas, pertenecen al Estado, por lo que deben ser destinadas a la reforma agraria.

Siempre de acuerdo a información del MST, el 7 de abril de este año las familias organizadas en el campamento “Don Tomas Balduino” fueron víctimas de una emboscada realizada por la Policía Militar y guardias de seguridad contratados por Araupel. En el ataque, en el que se dispararon más de 120 tiros, fueron ejecutados los sin tierra Vilmar Bordim y Leomar Orback, y muchas personas resultaron heridas de bala. En ese mismo latifundio, en 1997, sicarios de Araupel asesinaron en otra emboscada a dos trabajadores sin tierra. Los dos casos permanecen impunes.

Hicieron la operación del viernes “para buscar a personas que estaban en las tomas de tierras de Araupel”, manifestó Piñero, y tenían “mandato de prisión contra 14 compañeros y compañeras”.

Acerca del ataque a la Escuela Florestan Fernandes, el integrante de la coordinación nacional del MST señaló que la Policía Civil, que llegó en diez vehículos y con unos 40 hombres, no tenía autorización para entrar al centro educativo. “Se logró impedir con abogados y prensa alternativa que los policías entraran a las aulas”, pero hubo “una cantidad de violencia tremenda hacia una escuela que tiene como objetivo la formación”, se lamentó. Dos militantes fueron detenidos allí.

“Estamos demandando al Estado por esa acción y responsabilizando a la Policía, al secretario de seguridad, al gobierno y al estado de São Paulo, y a la jueza que determinó el acto”, aseguró Piñero. El dirigente agradeció las miles de muestras de solidaridad que han recibido desde diversas partes del mundo.