Así lo han denunciado la Red Nacional de Semillas Nativas y Criollas junto a Redes-Amigos de la Tierra Uruguay y, en diálogo con Radio Mundo Real, el integrante de dicha Red y de la Cooperativa Granelera Ecológica (Graneco) Mauricio Vives.

El agricultor informó que a partir de un convenio que viene cumpliéndose entre integrantes de la Red Nacional de Semillas Nativas y Criollas, junto a la Redes-Amigos de la Tierra Internacional y la Facultad de Química de la Universidad de la República con apoyo de la Fundación Heinrich Böell de Alemania, dicho servicio universitario realiza anualmente análisis de ADN a los maíces de productores de la Red buscando garantizar su carácter no transgénico (no-GM), tanto de los granos que se utilizan para consumo humano, comercialización o que son conservados como semilla para futuras siembras.

Los resultados de los análisis recientemente conocidos muestran que de un total de doce maíces cultivados, cuatro de ellos arrojaron la presencia de la proteína transgénica CRY 1 F presente en los maíces transgénicos de última generación aprobados en 2012-2013. Los cuatro casos detectados corresponden al departamento de Canelones, principal productor de frutas y hortalizas del país.

Varios de los afectados y afectadas son participantes de Graneco, así como de otras experiencias de comercialización, autoconsumo o reproducción de semillas.

Sin respuesta

Las organizaciones han venido denunciando desde 2014 esta situación ante el Gabinete Nacional de Bioseguridad integrado por varios ministerios: Agricultura, Salud Pública, Medio Ambiente, Economía, Relaciones Exteriores e Industria “sin obtener respuesta”.

En 2015, dicho comité sí respondió a las denuncias derivando el tema en el Instituto Nacional de Semillas (INASE) que por otra parte no actuó en el tema, dejando abierta una amenaza creciente a productores de maíz de variedades criollas y que por ende forman parte del patrimonio cultural y biodiverso del país.

“Denunciamos especialmente que estas organizaciones advertimos a las autoridades de gobierno sobre la alta probabilidad de que el proceso de ’coexistencia regulada’ finalmente culminara con un escenario tan perjudicial para el país y las familias que consciente y organizadamente decidieron producir maíz no-GM”, indica la declaración divulgada el pasado viernes 28 de octubre.

“La contaminación de maíces criollos con maíces transgénicos la venimos denunciando desde hace varios años sin obtener respuestas satisfactorias de quienes deben actuar en estos casos”, dijo Vives. “Todo lo que teníamos preparado como semilla para sembrar ahora en octubre resultó contaminado por lo tanto nos priva de poder hacer lo que la cooperativa planifica y eso tiene como consecuencia porque no vamos a poder ofrecer harina de maíz no transgénica”, añadió.

Omisión y coexistencia imposible

Vives afirmó que existe omisión de parte del Estado uruguayo en reconocer el rol de las agricultoras y los agricultores que conforman la Red de Semillas Criollas como guardianes de variedades de maíz que provienen de colectas realizadas en el país varias décadas atrás y que se ven cruzadas con trasnsgenes con la consiguiente pérdida de biodiversidad.

Y adelantó que los agricultores y agricultoras afectados buscarán tomar “acciones legales y otras para evitar que esto siga sucediendo” entre otras cosas “reconociendo el valor que tiene el trabajo de la Red rescatando, distribuyendo y conservando semillas que de otra forma se perderían”.

“Este trabajo debe ser reconocido en los hechos. No basta con haberla declarado de interés ministerial para después olvidarse de ella”, explicó el integrante de Graneco.