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26 de mayo de 2016 | Entrevistas | Soberanía Alimentaria
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Como cada primer sábado de cada mes, en el Parque de los Caobos de Caracas se realiza la Feria Agroecológica Conuquera, un espacio en donde además de adquirir alimentos producidos de forma agroecológica es posible participar de charlas y talleres alimentación y producción saludable. Recorriendo la feria, Radio Mundo Real charló con Ana Felicié y Esquiza Omaña, dos integrantes de la Campaña Venezuela Libre de Transgénicos que también participan de esta feria.
A fines de 2015, el gobierno venezolano aprobó una Ley de Semillas, fruto de un trabajo de organizaciones a nivel nacional. La normativa prohibió el cultivo, multiplicación y comercialización de transgénicos, así como las patentes y certificados de obtentor, la biopiratería y la bioprospección. Ana y Esquiza nos contaron sobre la situación en ese país respecto a la construcción de la Soberanía Alimentaria.
“[La aprobación de la Ley de Semillas] fue un proceso que llevó tres años, empezando con un movimiento que paró un proyecto de ley que lo que hacía era comprometer a la semillas, un proyecto pro transgénicos. Empezamos por detener ese proyecto, y seguir por la construcción de un nuevo proyecto que no salió de la Asamblea sino, como lo decía Chávez, desde un pueblo legislador”.
Según Esquiza, de esa construcción participaron “campesinos, comunidades indígenas, educadores, productores de materia prima y procesados, consumidores”, un proceso “que hubo que pelearlo y defenderlo para que sea aprobara. Y ahora luego de aprobado, existen otros riesgos porque tenemos una Asamblea abiertamente de derecha, con intereses claramente pro Monsanto, pro transnacionales”, describen las militantes.
Como un primer elemento central de esta ley, Ana destaca el “reconocimiento de la semilla campesina, más allá de como recurso fitogenético, como sujeta derechos […] En función de eso se establecen un montón de mecanismos que reconocen los saberes, conocimientos, prácticas de los sistemas de manejo, y todos los territorios de esa semilla local, campesina, indígena y afrodescendiente para reivindicar la identidad cultural que está detrás de cada una de esas semillas amenazadas”.
La ley estipula diferentes instancias del poder popular para la implementación de esta ley. Estructura así “una organización popular que se encarga de su resguardo, multiplicación y custodia, a través de diferentes instancias que son las comunas, los consejos comunales, los movimientos sociales; y esto se da en distintos niveles de agregación, desde lo más local, reconociendo el rol de las y los maestros, los consejos comunitarios de garantía participativa de calidad hasta instancias nacionales como el Consejo Popular de Resguardo de la Semilla Campesina, Indígena y Afrodescendiente”.
A esta la Ley de Semillas se suman otras leyes aprobadas anteriormente y que componen las herramientas legales que abonan la construcción de la Soberanía Alimentaria en Venezuela: la Ley de Tierras, la Ley de Soberanía Alimentaria, y la de Pesca. Todas ellas se encuentran ahora en riesgo dada la nueva configuración de poder en el parlamento venezolano: “La derecha ha declarado públicamente (ahora que ha tomado el poder en la Asamblea Nacional) que van a ser derrogadas parcialmente por la Ley de Reimpulso Productivo. Entonces, todo lo que ha sido ese cuerpo jurídico para garantizar el derecho a la alimentación, a la producción y a la tierra, están en la mira de los intereses de la clase empresarial, de FEDEAGRO (Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios), de las transnacionales y sus operadores a nivel nacional”.
Escuche la entrevista completa con las militantes de la Campaña Venezuela Libre de Trasgénicos en el audio adjunto.
Imagen: http://www.olabolivariana.org.ve/
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