Además de organizar la mobilización en Sao Paulo, militantes de la Marcha Mundial de las Mujeres (MMM) se mobilizaron en más de 10 localidades de varios estados del país (más información aquí).

Nalu Faria, integrante de la MMM Brasil habló de grandes desafíos para la región en el momento actual: “Una de las pruebas fuertes de este avance de la derecha fue el asesinato de Berta en Honduras. Una mujer extraordinaria que resistía a todo el colonialismo, el patriarcado, el capitalismo y el racismo. Esto mostró justamente el intento de la derecha de hacer callar a nuestras luchadoras y luchadores”.

Al reconocer la realidad política de Brasil, de constante amenaza de la derecha al gobierno de Dilma Rousseff, Nalu aclara: “hemos tenido una posición muy firme de crítica también a cómo el gobierno está reaccionando a la ofensiva de la derecha, porque creemos que está haciendo concesiones que de nada van a servir; al contrario estamos comprobando que la derecha sigue buscando atacar más, entonces la respuesta tiene que ser de confrontación con la derecha, de cambios en estas políticas de ajuste, de volver hacia una política que genere empleo, que haya más inversiones en políticas sociales, y pueda defender los derechos de las mujeres”.

Tchenna Maso, del Movimiento de Afectadas y Afectados por Represas (MAB, por sus siglas en portugués) también se encontraba marchando este 8 de marzo: “Estamos acá porque nosotras creemos que las mujeres son las mayores afectadas por las represas en las violaciones de derechos humanos que cometen las empresas. Las mujeres del MAB estamos hoy en las calles en Brasil también para luchar en contra de las tarifas energéticas democracia, autonomía de las mujeres y contra el retroceso de los derechos que está ocurriendo en el parlamento brasileño”.

Quizás tanto por sus dimensiones como por la fortaleza creciente de sus movimientos sociales, el 8 de marzo es en Brasil una fecha de agenda cada vez más intensa. Solamente por el Movimiento de Trabajadores y Trabajadoras Sin Tierra se mobilizaron más de 30 mil mujeres en 22 estados del país con acciones directas que denunciaron la violencia contra las mujeres en el campo, al capital y empresas transnacionales en el medio rural y que reclamaron acciones del Estado para democratizar tierras, aguas y semillas, y fomentar a la agroecología.

Las acciones directas (varias realizadas en conjunto con otros movimientos), fueron desde el corte de rutas hasta ocupaciones de oficinas de empresas mineras y del agronegocio, y del Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (INCRA). Muchas de estas acciones fueron reprimidas por la policía. Una de las acciones más simbólicas y fuertes fue el bloqueo de ferrovias y rutas de la empresa Samarco, responsable por el crimen ambiental y socioeconómico de contaminar el río Doce con metales pesados, al romperse el dique de contención de residuos tóxicos de su actividad minera en Mariana, estado de Minas Gerais. Más información sobre la acción aquí.