Con la referente chilena dialogamos sobre la incorporación y la formación en agroecología que lleva adelante la ANAMURI en el marco de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC-Vía Campesina).

“¿Cómo es posible que Chile se vanaglorie en el extranjero de ser una potencia agroalimentaria cuando no es cierto?”, se pregunta Lirayén en el diálogo. Y señala que encadenado al monocultivo extensivo de viña y frutales de exportación, en Chile existen muy malas condiciones de trabajo para los asalariados y asalariadas rurales.

El trabajo de “temporero” no incluye condiciones de seguridad laboral y permanencia en los oficios, agrega Lirayén. Esto es posible debido a la gran concentración de tenencia de la tierra y su consiguiente descampesinización.

La educación formal vinculada a la ruralidad, sostiene Lirayén, busca convertir a los hijos de campesinas en migrantes y mano de obra asalariada de las grandes explotaciones.

“Este modelo depredador sobrecarga de trabajo hoy día a las mujeres”, afirma. “Además de llevar el alimento a su casa, cocinar, se llevan el peso de ir a buscar el agua” que ya no está disponible y muchas veces se reduce a un camión que llega a la comunidad apenas dos veces a la semana, relata la integrante de ANAMURI en la entrevista que se escucha en audio adjunto.

Entrevista de Sara Pont (Tierra del Futuro-RMR) enviada a Santiago.