18 de noviembre de 2015 | Noticias | COP 21 de Cambio Climático de ONU - París 2015 | Justicia climática y energía
La fundación Heinrich-Böll y Amigos de la Tierra Internacional presentaron hoy miércoles 18 de noviembre en Bruselas la primera edición en inglés del Atlas del Carbón 2015. El atlas contiene los últimos datos y cifras sobre el uso del carbón y sus consecuencias sociales y ambientales y se encuentra disponible en línea.
Mediante más de 60 infografías detalladas, el atlas ilustra los efectos de la industria del carbón en la naturaleza, la salud, el trabajo, los derechos humanos y la política. Además, arroja luz sobre los beneficiarios de la producción de carbón y muestra los proyectos que se están desarrollando actualmente en el sector en China, India, Estados Unidos, Rusia y Alemania.
El atlas está disponible en forma gratuita en papel y en formato digital en: www.boell.de/coalatlas
El carbón contribuye más a la crisis climática que cualquier otra fuente de energía. En 2014 fue responsable de 14,2 gigatoneladas de emisiones de dióxido de carbono (CO2), el equivalente al 44% de todas las emisiones de dióxido de carbono generadas por la energía producida a partir del carbón y más de un cuarto de todas las emisiones de gas invernadero. Además, la extracción y quema de carbón provoca daños irreversibles en el medio ambiente y la salud de las personas.
Tan solo en la Unión Europea, los problemas relacionados con la salud cuestan alrededor de 43.000 millones de euros al año. Otros efectos de la industria del carbón son los desplazamientos forzosos y la represión de los habitantes locales.
“El Atlas del Carbón 2015 demuestra que no existe el carbón limpio”, afirma Jagoda Munic, presidenta de Amigos de la Tierra Internacional. Munic añadió: “Europa sigue siendo uno de los principales consumidores de carbón. Aún en 2015, Europa sigue sufriendo daños en su medio ambiente provocados por grandes proyectos de minería de carbón, especialmente en Alemania, y por las emisiones tóxicas en los países que dependen del carbón como Polonia. La resistencia a la eliminación progresiva del carbón en Europa demuestra que la Unión Europea es presa del poderoso lobby del carbón industrial. Sin embargo, el Atlas del Carbón deja claro que Europa necesita cambiar su sistema energético antidemocrático, irresponsable e injusto y adoptar uno justo, controlado por la sociedad y que proporcione seguridad climática”.
Barbara Unmüßig y Ralf Fücks, presidentes de la fundación Heinrich-Böll, instan a la UE a que adopte medidas al respecto: “Europa tiene una deuda de emisiones histórica y actual que pagar. Por lo tanto, tiene la responsabilidad de acelerar la transición de su actual sistema energético mixto hacia uno libre de emisiones. Los últimos años se ha demostrado en Alemania y los países de la Unión Europea que un fuerte aumento de la proporción de energía renovable utilizada no solamente sería perfectamente compatible con los requisitos de las economías industrializadas, sino que además tendría efectos importantes en la innovación y el empleo. Por este motivo la UE necesita mejorar sus instrumentos políticos para lograr una transición hacia una era sin emisiones. Una estrategia fundamental para ello es cambiar la unión energética por metas muchas más ambiciosas, como un precio razonable de las emisiones de CO2”. Esto implicaría también un fuerte enfoque a las subvenciones a la industria del carbón: los Estados miembros de la UE y la propia UE se han mostrado reticentes a adoptar medidas contra los proyectos de carbón y siguen destinando casi 10.000 millones de euros al año en subvenciones a las empresas que realizan actividades vinculadas con el carbón.
A nivel mundial, los países europeos utilizan dinero público para financiar proyectos sucios de carbón que violan los derechos humanos en todo el mundo, mientras tercerizan las emisiones provenientes de la quema de carbón a países del Sur Global, como China, para producir bienes para el consumo europeo. El Atlas del Carbón arroja luz sobre la gran falta de ambición de la que somos testigos mientras nos acercamos a la cumbre sobre el clima en París, y la necesidad de un cambio radical que elimine el uso del carbón.
Sin embargo, otros actores mundiales están comenzando a considerar fuentes de energía alternativas.
En 2014, el consumo de carbón de China disminuyó por primera vez en más de treinta años. Mientras tanto, el Gobierno chino está presionando para que haya una rápida expansión de la energía renovable.
En Estados Unidos, las empresas de carbón están al borde de la quiebra debido al cambio en el mercado hacia las energías renovables y otras fuentes de energía. Por su parte, India y Rusia siguen dependiendo del consumo de carbón para mantener el crecimiento económico. Esto es posible únicamente gracias a las subvenciones: sin ellas, la electricidad generada a partir del carbón costaría el doble del precio actual.
Accede en línea al Atlas de Carbón 2015. Descárgalo en formato pdf en archivo adjunto (inglés).
Imagen: http://www.boell.de
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