La red de organizaciones campesinas de los cinco continentes saluda el proceso de paz entre el gobierno nacional y la guerrilla izquierdista de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), al tiempo que alienta a que se inicie un proceso similar con el también izquierdista Ejército de Liberación Nacional (ELN).

No obstante, alerta que no hay paz posible si el gobierno no desmantela los grupos que atentan contra organizaciones sociales y personas “que defienden sus derechos y se oponen a un modelo económico que profundiza las desigualdades y viola los derechos fundamentales”.

Según relata La Vía Campesina, el 6 de octubre una amenaza firmada por el grupo paramilitar Águilas Negras llegó a 8 personas y 3 organizaciones. Destacan especialmente entre los destinatarios de las amenazas al campesino Eberto Díaz, de la Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria (FENSUAGRO), parte de la Vía Campesina, a numerosos líderes y voceros de la Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular, a representantes del movimiento sindical, de organizaciones sociales y de periodismo independiente.

Algunos de los dirigentes son Javier Betancourt, Andrés Gil, Carlos Ancízar Rico, Guevara Robert Daza, Jaime Cortez Suárez, Julio Roberto Gómez, y Jesús Elkin Rodríguez Moya. Entre las organizaciones está la Confederación General del Trabajo (CGT), también se encuentra la Guardia Indígena (fuerza de protección que también busca proteger los modos de vida de los pueblos originarios) y el medio Prensa Rural.

De acuerdo a La Vía Campesina, la amenaza del 6 de octubre no es un hecho aislado. Explica que a fines de septiembre circuló un panfleto firmado por el “bloque capital de las águilas negras”, en el que se declaran como objetivos militares y se amenaza de muerte a más de 100 integrantes de organizaciones sociales y de derechos, integrantes de la Alcaldía de Bogotá y otras personas relacionadas a las mesas locales de paz. También se amenaza a reconocidos medios de comunicación.

La carta de La Vía Campesina de este martes tiene el apoyo de organizaciones como: Attac de Francia, la Confederación Sindical de Trabajadores/as de las Americas (CSA), la Confédération Paysanne de Francia, Ecologistas en Acción de España, la Coalición Mundial por los Bosques, GRAIN, la Plataforma Interamericana de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo, Solidaridad Suecia - América Latina y el Transnational Institute de Holanda.

La red de organizaciones campesinas señala que hay que sumar a las denuncias los asesinatos, desapariciones y amenazas a líderes y liderezas sociales en diversas regiones de Colombia. “Estos hechos ponen en entredicho que las limitadas medidas de seguridad que ofrece el gobierno frente a estas amenazas sean suficientes o adecuadas. En cambio, evidencian que no existen garantías para la necesaria labor de exigencia de los derechos humanos”.

En esa línea, agrega La Vía Campesina que si estos grupos criminales no son desmantelados y llevados ante la justicia (junto a los integrantes de la fuerza pública que tienen nexos con ellos), “serán la semilla que volverá a alimentar” el conflicto interno que se busca resolver en el país.

“Solo una Paz con garantías de respeto a los Derechos Humanos y garantías reales a la actividad de organizaciones sociales en defensa de los mismos, es una Paz con posibilidades de continuidad”, dicen los campesinos. “Es imprescindible que el Estado colombiano intervenga de manera decidida y desmantele a los grupos paramilitares”, sentencian.

Sobre el final el texto pide a la “comunidad internacional amiga de Colombia y de su proceso de paz” que se pronuncie “de forma clara y contundente” contra las acciones de esos grupos y en respaldo a la actividad legítima y democrática de las variadas fuerzas políticas y movimientos sociales del país. “En coherencia con su compromiso en defensa de los derechos humanos, invitamos a la UE a observar y acompañar la acción de las y los defensores de derechos humanos en Colombia”, finaliza el texto.