El escrito fue enviado el 20 de junio de 2013. Radio Mundo Real entrevistó ahora a la directora de la campaña de industrias extractivas de Amigos de la Tierra Francia, Juliette Renaud, que explicó que tras más de un mes siguen esperando una respuesta de la ministra y lanzó un “llamado a movilizarse en apoyo a las comunidades que resisten a la gigante minera Eramet”.

El proyecto Weda Bay amenaza con destruir miles de hectáreas de bosques protegidos, lo que afectaría el sustento de las comunidades indígenas de la isla de Halmahera. El Estado francés, al igual que el grupo Areva, son accionistas en el proyecto.

El lugar es rico en yacimientos de cobre, oro, níquel y carbón. Además de la biodiversidad de la isla que, en teoría, permanece protegida, hay muchas comunidades que viven allí y que tienen como principal recurso la pesca y la agricultura de subsistencia. De hecho, la zona de la mina está situada en territorios que pertenecen a comunidades indígenas. En el centro de la isla, en medio del gran bosque, la comunidad originaria togutil aún depende fuertemente de la naturaleza para subsistir. La superficie total dedicada al proyecto minero representa 54 874 hectáreas de áreas forestadas, de las cuales un 46 por ciento son bosques protegidos. Sin embargo, como suele suceder, las poblaciones locales no fueron informadas ni consultadas sobre el proyecto. Asimismo, el lugar está “protegido” por unidades militares. Se generan muchos conflictos entre los integrantes de la comunidad y los soldados encargados de vigilar la mina.

“En 2004, la presidenta Megawati Sukarnoputri, tras la presión de muchas empresas mineras, emitió un decreto, una medida excepcional que autoriza a 13 empresas mineras a desarrollar actividades en zonas de bosques protegidos”, dijo a Radio Mundo Real la ecologista Renaud.

En 2006, el grupo francés Eramet también había concluido una oferta de adquisición pública del grupo Weda Bay Nickel. Con alrededor de un 60 por ciento del capital de ese grupo, Eramet pasó a convertirse en el accionista mayoritario, seguida de la empresa japonesa Mitsubishi (alrededor de un 30 por ciento) y el gobierno indonesio (a través de una empresa estatal, PT Antam, con un 10 por ciento). Amigos de la Tierra Francia ya había advertido a las autoridades públicas acerca de los daños causados por el proyecto de Eramet e incluso había entregado en 2010 el Premio Pinocho (que se otorga a la empresa más mentirosa) a la multinacional francesa.

“Veintiún localidades se verán afectadas por la explotación minera. Apenas estamos en la fase de exploración, pero la empresa ya ha adquirido tierras por la fuerza, en ocasiones incluso mediante amenazas y a través de la entrega de una compensación irrisoria a las personas que ocupaban esas tierras, algo en el entorno de 60 centavos de euro por el metro cuadrado”, informó Renaud.

Se ha propuesto desde el gobierno francés a Amigos de la Tierra de ese país que se dirija al contacto nacional de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sobre el asunto, y que participe en la elección de expertos de la Compañía Francesa de Seguros para el Comercio Exterior (COFACE) que estarán a cargo de realizar el estudio de impacto ambiental. Sin embargo, para Renaud los pocos resultados logrados hasta ahora, sumados a la cantidad de recursos que es preciso movilizar para presentar una demanda, hacen que Amigos de la Tierra Francia no considere la opción propuesta por el gobierno al menos por ahora.

Foto: amisdelaterre40.fr